Pfizer ha perdido la batalla. Y es que, según ha adelantado Reuters, la compañía farmacéutica ha perdido la patente Lyrica en Reino Unido, un medicamento contra el dolor que generaba unas ventas de 5.000 millones de dólares (4.411,9 millones de euros) al año.
La decisión del Tribunal Supremo es un duro golpe para el fabricante de medicamentos de Estados Unidos que había tratado de firmar una patente de uso médico secundario para el producto. Por su parte, esta decisión supone un triunfo para las compañías de medicamentos genéricos Allergan y Mylan.
Lyrica, conocido genéricamente como pregabalina, se desarrolló originalmente para la epilepsia, pero investigaciones posteriores demostraron que también podría ayudar a los pacientes que sufren de dolor neuropático.
Pfizer ha dicho que está decepcionada por el fallo y que la decisión tendría un impacto significativo en los incentivos para la innovación en salud pública.
La decisión del Tribunal Supremo es un duro golpe para el fabricante de medicamentos de Estados Unidos que había tratado de firmar una patente de uso médico secundario para el producto
"El período en que un medicamento está bajo patente es una fase crítica en su ciclo de vida que alimenta la innovación, a medida que la ciencia evoluciona y el conocimiento crece, los pacientes se benefician cada vez más de la investigación en curso sobre nuevos usos de los medicamentos existentes", ha apuntado la compañía.
La caducidad de la patente básica sobre Lyrica hace cinco años había permitido a los fabricantes de medicamentos genéricos lanzar versiones a precio reducido de la medicina de Pfizer, que llevaba una "etiqueta delgada" que limitaba su uso a la epilepsia y al trastorno de ansiedad general.
El pasado mes de octubre el Tribunal de Apelación de Londres falló en contra de la farmacéutica en un caso relativo a la patente de Lyrica, su fármaco para el dolor, y sus correspondientes versiones genéricas.
La patente original de dicho medicamento expiró y la compañía ha estado luchando para proteger esta sección lucrativa del mercado como patente para el dolor neuropático. Una batalla perdida, ya que esta expiración permitió que los fabricantes de medicamentos genéricos pusieran en marcha sus versiones con un precio reducido, aunque eso sí, limitando su uso al tratamiento de la epilepsia y el trastorno de ansiedad generalizada.
Sin embargo, Pfizer decidió demandar y a pesar de que ya hubo un veredicto en 2015, el fallo del Tribunal de Apelación ha sido el mismo en esta ocasión: las compañías de genéricos no han infringido la patente y las reivindicaciones de la patente como tratamiento para el dolor neuropático no eran válidas al no haber sido desarrollado para tal fin.