La tecnológica Neuralink anunció hace un par de días que habían detectado ciertos problemas con los finos cables de conexión que componen su chip con interfaz cerebro-computadora. Sin embargo, según recoge en exclusiva Reuters, desde la compañía ocultaron que ya se habían producido contratiempos con el funcionamiento de estos cables.
En concreto, cinco personas relacionadas con este caso apuntan que en las famosas pruebas con animales de antes de su aprobación en Estados Unidos habían observado que los cables podrían retraerse, eliminando con ellos los electrodos sensibles que decodifican las señales cerebrales. Desde Neuralink consideraron que el riesgo era lo suficientemente bajo como para que no fuera necesario un rediseño, aunque finalmente se ha visto que sí que lo era.
Noland Arbaugh, el paciente de 29 años que porta el primer chip de la compañía fundada por Elon Musk, ha visto como los electrodos perdidos provocaron una caída en la velocidad máxima de la circulación de datos del chip cerebral, lo que se traduce en un registro de menos señales neuronales analógicas y, por lo tanto, menos bits digitales por segundo utilizados para operar con precisión el cursor del ordenador.
En las famosas pruebas con animales de antes de su aprobación en Estados Unidos habían observado que los cables podrían retraerse, eliminando con ellos los electrodos sensibles que decodifican las señales cerebrales
A pesar de ocultar información de cara al público, Reuters apunta que la Agencia del Medicamento de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) sí que era consciente de este posible problema, ya que la compañía compartió los resultados de las pruebas con animales como parte de su solicitud para comenzar con los ensayos en humanos.
En el caso de que Neuralink continuara las pruebas sin un rediseño, podría enfrentar desafíos si se desconectan más cables y su ajuste del algoritmo resulta insuficiente. Aunque por otro lado, si deciden rediseñar los hilos también conllevarán un cierto peligro, ya que por ejemplo anclarlos en el cerebro podría provocar daños en el tejido cerebral si los hilos se desprenden o si la empresa necesita retirar el dispositivo.
Es común que las empresas que desarrollan dispositivos médicos solucionen problemas de diferentes versiones de sus diseños durante los ensayos con animales y que surjan problemas durante las pruebas clínicas. Sin embargo, al tratarse del primer chip de interfaz cerebro-computadora implantado en un humano adquiere una mayor importancia, y según apuntan especialistas de Reuters, la mecánica del cerebro es muy compleja y conlleva muchos peligros.