El continente europeo se enfrenta a varios problemas en su sistema de atención médica, y uno de ellos no es otro que el creciente gasto farmacéutico. El aumento del envejecimiento de la población, el aumento de las enfermedades crónicas y la aparición de la resistencia a los antibióticos, han provocado que los presupuestos destinados a la atención sanitaria en la región se hayan vuelto insuficientes. Esta presión constante ha llevado a una búsqueda urgente de soluciones para garantizar la sostenibilidad económica de los sistemas de salud europeos.
La demanda de atención de salud ha aumentado exponencialmente a medida que más personas entran en la tercera edad, trayendo consigo una mayor necesidad de tratamientos farmacéuticos. Este panorama demográfico plantea cuestiones cruciales sobre precios asequibles y la equidad en el acceso a los medicamentos, la capacidad de acceder a tratamientos esenciales se ha convertido en un tema de equidad y justicia social en toda Europa.
Las instituciones encargadas de financiar los servicios de salud, se encuentran en una encrucijada ética y económica
Esta situación ha llevado a que pese a que un tratamiento puede ser efectivo, su asequibilidad es cuestionable. Los pagadores de atención médica en toda Europa, es decir, las instituciones encargadas de financiar los servicios de salud, se encuentran en una encrucijada ética y económica. La difícil tarea de tomar decisiones que equilibren la eficacia clínica con la sostenibilidad económica es una lucha constante entre buscar la forma de proporcionar a los pacientes los tratamientos que necesitan sin socavar la estabilidad económica de los sistemas de salud.
Esta situación, en última instancia, restringe el acceso de los pacientes a tratamientos necesarios, de esta manera según el informe publicado por la Federación Europea de Industrias y Asociaciones Farmacéuticas (EFPIA) ‘Recomendaciones para mejorar la asequibilidad farmacéutica’, 7 de los 24 productos médicos terapéuticos aprobados en Europa han sido retirados del mercado. Un ejemplo reciente, se lanzó un medicamento EE.UU., pero se retiró del mercado europeo tras no llegar a un acuerdo sobre el precio con un descuento del 35% respecto al precio estadounidense.
7 de los 24 productos médicos terapéuticos aprobados en Europa han sido retirados del mercado
Sumado a esto es importante destacar que la sostenibilidad del modelo económico para el desarrollo de terapias innovadoras está bajo amenaza. Los beneficios estimados por la inversión en investigación y desarrollo farmacéutico han disminuido significativamente, lo que podría tener un impacto negativo en el desarrollo de tratamientos futuros para los pacientes.
Para abordar eficazmente el gasto farmacéutico, es esencial adoptar y considerar los efectos a lo largo del tiempo. Sin embargo vemos cómo realizar una estrategia a corto plazo también trae beneficios, los ahorros pueden lograrse mediante una atención médica más eficiente y una reducción en los reingresos hospitalarios. A medio plazo, la inversión en tratamientos farmacéuticos puede traducirse en una reducción de la necesidad de atención a largo plazo. Esto no sólo es beneficioso desde el punto de vista financiero, sino que también mejora la calidad de vida de los pacientes.
Abordar el problema del gasto farmacéutico requiere soluciones innovadoras y una visión a largo plazo. Efpia presenta así algunas de las estrategias potenciales que podrían cambiar la trayectoria de la atención médica en Europa.
Es necesario considerar no solo los costes directos que recaen sobre los pagadores de servicios de salud, sino también los beneficios y costes que afectan a la sociedad en su conjunto
En primer lugar nos habla de la ‘Exploración del Horizonte a Largo Plazo’, es decir realizar análisis que evalúen los costes farmacéuticos netos a lo largo del tiempo y presupuestar de manera plurianual es esencial, lo que permitirá una comprensión completa del valor generado por una intervención farmacéutica. Por otro lado, es importante tener en cuenta la ‘Perspectiva del Valor Social’, lo que implica considerar no solo los costes directos que recaen sobre los pagadores de servicios de salud, sino también los beneficios y costes que afectan a la sociedad en su conjunto no sólo de inmediato, sino también las compensaciones de costes sociales a lo largo del tiempo.
En esta misma linea se vuelve necesario incorporar ‘Acuerdos de Reembolso Innovadores’ entre pagadores y empresas farmacéuticas, que servirán para ayudar a gestionar los costes iniciales de las inversiones. Esto garantiza que los tratamientos efectivos estén disponibles para los pacientes sin comprometer la estabilidad financiera de las compañías. En última instancia se vuelve imprescindible establecer un ‘Presupuesto Integrado Farmacéutico’, para lo que sería necesario fusionar presupuestos farmacéuticos aislados considerando las compensaciones de los costes incrementando la eficiencia y la transparencia en la asignación de recursos promoviendo el uso más efectivo de los fondos disponibles.
La asequibilidad de los productos farmacéuticos en Europa es esencial para garantizar que los pacientes tengan acceso a tratamientos efectivos. Sin una nueva estrategia que tome en cuenta una perspectiva a largo plazo y transpresupuestaria, los sistemas de salud europeos podrían enfrentar dificultades para proporcionar atención de calidad en el futuro. En última instancia, la carrera contra el tiempo para repensar el gasto farmacéutico en Europa no es solo una cuestión económica, sino también una cuestión social y bienestar para todos los ciudadanos europeos.