Con la pandemia del coronavirus fueron muchas las compañías farmacéuticas que se lanzaron a desarrollar sus propias vacunas contra el virus. Ahora, después de más de dos años de pandemia, la tecnología del ARN mensajero ha desatado una guerra de demandas por patentes entre las compañías farmacéuticas.
En los últimos meses, son varias las denuncias que se han interpuesto entre diferentes laboratorios farmacéuticos por infringir la propiedad intelectual en las vacunas contra el coronavirus.
La última ha sido la de Moderna contra Pfizer y BioNTech. La compañía estadounidense cree que el antígeno de Pfizer y BioNTech infringe las patentes que Moderna presentó entre 2010 y 2016 y que cubren su tecnología de ARN mensajero.
La compañía sostiene que el antígeno de Pfizer y BioNTech infringe las patentes que Moderna presentó entre 2010 y 2016 y que cubren su tecnología de ARN mensajero
De hecho, según recoge Reuters, ahora, Stephane Bancel, presidente ejecutivo de Moderna, ha declarado que la compañía sospechó desde el comienzo de la pandemia que BioNTech usó su propiedad intelectual para producir una vacuna rival.
De acuerdo con su compromiso con el acceso global equitativo, en octubre de 2020, Moderna se comprometió a no hacer cumplir sus patentes relacionadas con Covid-19 mientras continuara la pandemia.
Pero, en marzo de 2022, cuando la pandemia entró en una nueva fase y el suministro de vacunas ya no era una barrera de acceso en muchas partes del mundo, Moderna actualizó su compromiso. La compañía ahora se compromete a no hacer cumplir sus patentes para ninguna vacuna contra el coronavirus utilizada en 92 países de bajos y medianos ingresos. Sin embargo, Moderna sí esperaba que compañías como Pfizer y BioNTech respetaran sus derechos de propiedad intelectual.