Moderna, el conocido fabricante de vacunas contra la COVID-19, está buscando un impulso de Uber, es decir, una colaboración entre ambas empresas. Las dos compañías dicen que están planeando trabajar juntas para promover la confianza en las vacunas y facilitar el acceso a éstas para hacer frente al coronavirus.
Según informe FiercePharma, las primeras ideas incluyen la promoción de la seguridad de las vacunas en la red Uber y a través de mensajes en la aplicación, así como la incorporación de viajes Uber en el proceso de programación de la vacunación.
El atractivo de Uber como socio de Moderna no es solo su red y conexiones a nivel nacional, sino también la diversidad de sus 1.2 millones de conductores en Estados Unidos
Si bien esos detalles aún están en proceso, el atractivo de Uber como socio de Moderna no es solo su red y conexiones a nivel nacional, sino también la diversidad de sus 1.2 millones de conductores en Estados Unidos.
"Uber tiene un amplio acceso en todo Estados Unidos; los estadounidenses utilizan su plataforma de transporte compartido en todas partes y sus conductores representan una amplia variedad de la población", ha explicado Michael Mullette, vicepresidente de operaciones comerciales de Moderna en América del Norte.
El propio Mullete ha expresado que es "una gran oportunidad para que pensemos en educar a la población sobre cómo vacunarse, pero también cómo acceder a información fiable sobre las vacunas".
El miedo está obstaculizando la aceptación, gracias a la velocidad sin precedentes del desarrollo de la vacuna y el sentimiento antivacunas más generalizado
El acuerdo se produce en medio de un lanzamiento de vacunas en EEUU. Obstaculizado por la confusión, la falta de planificación gubernamental centralizada y los dolores de cabeza de distribución. Incluso cuando las vacunas están disponibles y son de fácil acceso, el miedo está obstaculizando la aceptación, gracias a la velocidad sin precedentes del desarrollo de la vacuna y el sentimiento antivacunas más generalizado.
El objetivo de Moderna es, igualmente, proporcionar un acceso generalizado y priorizar el alcance de los grupos desatendidos y las personas que dudan en vacunarse, ha sentenciado Mullette.