La edición de 2023 de Biospain, el congreso organizado por la Asociación Española de Empresas de Biotecnología (ASEBIO), ha contado con la mesa redonda “Impulsar la industria innovadora para lograr la Autonomía Estratégica Europea”, promovida por la compañía de ciencia y tecnología Merck.
Según apunta Elisa Díaz, public affairs and policy head de Merck en España a Salud35, la compañía se siente muy afortunada de participar en un evento como este, que califican como “una plataforma de referencia en Europa para la difusión del conocimiento científico y los últimos avances en el campo de la biotecnología”. En su caso, apunta que desde Merck esperan que esta edición haya servido para seguir impulsando la colaboración entre todos para ayudar a acelerar los procesos de I+D.
En los últimos años, Europa se encuentra inmersa en el intento de recuperar su papel como el centro de atracción de inversión y producción del sector farmacéutico global. Concretamente, en las dos últimas décadas, la región ha perdido su competitividad como sede de la inversión en I+D+i, cayendo un 10% del 2001 al 2020, frente a otros países como Estado Unidos, China o Japón. Según apuntan desde la federación Europea de Industrias y Asociaciones Farmacéuticas (EFPIA), solamente un 22% de los nuevos tratamientos proceden de la UE, mientras que el 48% proviene de los Estados Unidos.
“No solo es posible, sino que es necesario, ya que la salud es un asunto de Estado y, por tanto, las instituciones públicas y la industria farmacéutica remamos en la misma dirección”
“Tenemos un problema crónico en Europa. Vivimos momentos de escasez a causa de nuestra dependencia en las importaciones de otros países y territorios, como China. Es importante reconocer la biotecnología como un sector estratégico y crítico para nuestra región, y facilitar su acceso a la financiación por medio de una legislación coherente”, señaló Susana Solís, miembro del Parlamento Europeo, y del Grupo Renew Europe, durante la mesa.
Con el objetivo de recuperar el tiempo y terreno perdido, desde Merck, en línea con lo expuesto durante la mesa, han querido poner el foco en tres líneas de acción para contribuir a la autonomía estratégica de Europa. Elisa Díaz destaca: en primer lugar, la simplificación del marco normativo europeo, lo que implica “eliminar regulaciones innecesarias y armonizar las normativas”; reducir las cargas administrativas “para aumentar la agilidad en la respuesta a las necesidades médicas no cubiertas”; y eliminar las barreras a la inversión, “reduciendo costes, fortaleciendo infraestructuras y desarrollando políticas industriales”.
Precisamente en ese diálogo entre la industria y la política reside una de las claves para lograr la autonomía estratégica europea. Según indica Elisa Díaz “no solo es posible, sino que es necesario, ya que la salud es un asunto de Estado y, por tanto, las instituciones públicas y la industria farmacéutica remamos en la misma dirección”.
Además, recalca que nos encontramos en un momento decisivo con la revisión de la Estrategia Farmacéutica sobre la mesa. Presentada por la Comisión Europea el pasado mes de abril, proponen un cambio en el reglamento farmacéutico que puede suponer un antes y después en la industria. Por ello, desde Merck resaltan la necesidad de lograr “un marco sólido de propiedad intelectual que incentive la innovación”. Apuntando como “única solución” la colaboración para lograr este escenario tan necesario.
“Las empresas que aplicamos la innovación a todo lo que hacemos aportamos un alto valor a nuestro sector"
Ante un futuro plagado de incertidumbre y peligros, Merck aclara que Europa tiene que saber ser resiliente y promover, más si cabe, su enorme potencial para mantener la competitividad de la industria, fomentar la autonomía estratégica y crear un espacio para el avance de empresas innovadoras y, especialmente “para convertirnos en líderes mundiales en innovación”.
En el caso de las compañías farmacéuticas, tienen un papel protagonista, ya que lideran la inversión en el continente europeo (también en España), invirtiendo más del 12% de sus ventas en I+D, más que ningún otro sector industrial. “Las empresas que aplicamos la innovación a todo lo que hacemos aportamos un alto valor a nuestro sector. Parte de la riqueza que generamos viene de la mano de la I+D+i”, asevera.
Solo en 2022, desde el Grupo Merck invirtieron más de 2.400 millones de euros a nivel global en investigación, un 14% más que el año anterior. Además, contribuyeron a que la industria farmacéutica se haya convertido en la principal fuerza exportadora de España, en datos de 2022, alcanzando un récord histórico de 25.000 millones de euros.