En la Unión Europea no ha sido prioritario el comercio transfronterizo. Sin embargo, la comunidad empresarial impera en la necesidad de un equilibrio entre estas consideraciones y el comercio sin fricciones dentro de la UE. Asimismo, la implementación de las normas del Mercado Único y la armonización de la regulación en áreas clave ha sido descuidada. Los obstáculos identificados por las empresas, incluyendo startups y pymes, permanecen sin resolver, sin un procedimiento claro o estructura de gobernanza para eliminarlos.
El resultado de esta situación ha creado un entorno regulatorio cada vez más fragmentado que disminuye el atractivo para todas las empresas a la hora de invertir y crecer rápidamente en la UE. Esto ha provocado una menor inversión extranjera directa, un estancamiento en el crecimiento y menos espacio fiscal para los gobiernos, exacerbando la crisis del costo de los ciudadanos europeos. Ante todo ello, se vuelve imprescindible establecer un Mercado Único que funcione de manera óptima.
Se vuelve imprescindible establecer un Mercado Único que funcione de manera óptima.
Si Europa no defiende un mercado único que garantice la libre circulación de personas, bienes y servicios, capitales y datos, la competitividad de Europa continuará erosionándose. Recordemos que en los últimos 20 años, Europa se ha rezagado respecto a Estados Unidos y China. Si continúa por este camino, quedará atrás en la transición verde y la digital. Esta situación creará un entorno de menos oportunidades de empleo y, por tanto, alejará el talento.
Es por ello que desde Europa impulsan el proyecto “Mercado Único”. Este consiste en un espacio donde más de 450 millones de personas pueden circular, trabajar, estudiar, comprar y vender libremente, sin barreras ni obstáculos. Asimismo, es un espacio donde más de 20 millones de empresas pueden ofrecer sus productos y servicios a una clientela diversa y exigente, beneficiándose de las economías de escala y de la innovación. El Mercado Único genera valor real para ciudadanos y empresarios. Es el motor de nuestra economía social de mercado, de nuestro modelo de bienestar y de las dos transiciones: la ecológica y la digital.
LOS OBSTÁCULOS A LOS QUE SE ENFRENTAN LAS EMPRESAS
Ya en la década de los 80, la Comisión Europea redactó un documento con 300 propuestas legislativas para abordar las barreras físicas, técnicas y fiscales que ayudó a eliminar la burocracia. La necesidad de este proyecto se debió a los altos precios de la energía, estanflación y una feroz competencia de Estados Unidos y Japón. Sin embargo, hoy en día, debido a los crecientes desafíos a los que se enfrentan las compañías de cualquier sector en la UE, con más de 100 obstáculos existentes, es necesaria la implementación de nuevas medidas actualizadas a los problemas actuales.
Si bien es cierto, el propósito de la legislación es proteger a los ciudadanos y las empresas, a la hora de implementar las medidas existen demasiados requisitos para las compañías que son ineficientes y ya no son relevantes, aumentan la burocracia y divergen entre los Estados miembros de la UE.
Estos requisitos pueden variar en su naturaleza y alcance, pero algunos ejemplos podrían incluir regulaciones excesivas, requisitos de presentación de informes innecesarios, cargas administrativas y costos de cumplimiento. Ante esto, la comunidad empresarial pide a la Comisión Europea que mapee adecuadamente y aborde urgentemente las cargas y barreras que impiden a las empresas participar en operaciones transfronterizas para ganar escala rápidamente y atraer más inversiones.
MUCHO POR HACER
Se espera que la eliminación de todas las barreras transfronterizas al comercio en el Mercado Único y la revitalización de los principios de libertad añadan 2,8 billones de euros a la economía en la próxima década. Además, se propone adoptar un enfoque holístico de la competitividad, con la Comisión Europea reforzando su ‘control de competitividad’ de todas las normas de la UE.
Para mejorar la eficiencia de las administraciones públicas, se sugiere agilizar sus actividades y crear una Dirección General separada para la “Integración de Mercados”. Esta nueva entidad se encargaría de prevenir la introducción de nuevas barreras y supervisar la aplicación adecuada de las normas por parte de las autoridades de vigilancia del mercado en los Estados miembros.
Para eliminar obstáculos se vuelve imprescindible establecer un Mercado Único que funcione de manera óptima
Finalmente, se recomienda una mayor interacción con la comunidad empresarial, con las autoridades europeas y nacionales que gestionan el Mercado Único, consultando y cooperando proactivamente con las empresas para eliminar obstáculos. Esto implicaría un aumento de los recursos para la Herramienta de Obstáculos del Mercado Único y los Informes Anuales sobre el Mercado Único, así como una mayor colaboración con los centros SOLVIT y las oficinas del mercado único en los Estados miembros.
Hasta la fecha, las estrategias para la renovación del mercado único no han logrado ninguna mejora. Eso ocurre debido a que no hay suficiente compromiso político ni capacidad administrativa para lograr avances significativos. Sin embargo, los próximos meses brindan una oportunidad incomparable para el debate público y un cambio de dirección en la forma en que la UE funciona para los ciudadanos y las empresas.