El mercado GLP-1 en auge: la industria farmacéutica apuesta por los fármacos contra la obesidad

La adopción masiva de medicamentos GLP-1 podría aumentar el PIB de EE.UU. hasta un 1%, pero enfrenta retos por su alto coste y sostenibilidad fiscal

El mercado de la obesidad en auge (Foto: Microsoft IA)
El mercado de la obesidad en auge (Foto: Microsoft IA)
José Iborra
20 noviembre 2024 | 07:00 h

El mercado de medicamentos GLP-1, reconocidos por su efectividad en el manejo de la obesidad y enfermedades relacionadas, está en plena expansión. Estos tratamientos innovadores destacan por su capacidad para abordar condiciones crónicas, pero enfrentan desafíos como altos costos, cobertura limitada por seguros y restricciones en la capacidad de fabricación.

Según los últimos datos del informe de Goldman Sachs, la eficacia de los medicamentos GLP-1 de nueva generación en la pérdida de peso, que alcanza hasta un 22,5% en promedio con los agonistas duales, supera con creces la de otros medicamentos. Sin embargo, enfrentan barreras significativas en su adopción debido a precios elevados, alrededor de 15.000 dólares (14.192 euros) al año en Estados Unidos, cobertura limitada por seguros y las dificultades asociadas con su administración mediante inyecciones.

A pesar de estas limitaciones, se proyecta un aumento significativo en el mercado de GLP-1 en Estados Unidos, pasando de 2 millones de pacientes en la actualidad a 15 millones de dólares en 2030, con un valor de mercado que crecería de $10 mil millones a $100 mil millones (9,4 mil millones de euros a 94 mil millones).

Además, se cree que la expansión de la cobertura por parte de aseguradoras privadas y Medicare podría amplificar aún más este crecimiento. No obstante, la incertidumbre persiste, ya que el alto coste de los medicamentos y la actual prohibición de Medicare de cubrir medicamentos antiobesidad representan desafíos importantes.

El mercado de GLP-1 en EE.UU. alcanzará los 94 mil millones de euros en 2030

El potencial de los GLP-1 se extiende más allá de la obesidad, con estudios que indican grandes beneficios para enfermedades como apnea del sueño, enfermedades hepáticas o las cardiovasculares. Estos hallazgos podrían aumentar la aceptación regulatoria y extender la cobertura, elevando el número de usuarios a niveles tan altos como 70 millones para 2028. Esto tendría efectos transformadores no solo en el sector farmacéutico, sino también en industrias como la alimentaria, la cosmética y la aeronáutica, que ya están evaluando el impacto del uso generalizado de estos medicamentos.

Finalmente, el impacto macroeconómico de una adopción masiva de GLP-1 podría ser significativo. Se estima que la mejora en la salud de la población podría aumentar el PIB de Estados Unidos en un 0,4%, con un escenario más optimista que eleve el crecimiento económico por encima del 1%.

Sin embargo, los elevados costes asociados a la cobertura de estos medicamentos podrían ejercer una enorme presión sobre el presupuesto público, llevando a debates sobre la necesidad de regular los precios de los medicamentos para equilibrar los beneficios sanitarios y económicos con la sostenibilidad fiscal.

En la actualidad, las compañías Novo Nordisk y Eli Lilly son las empresas que lideran el mercado de terapias GLP-1. La compañía danesa, con su semaglutida comercializada como Wegovy, ha demostrado resultados destacados en la pérdida de peso, consolidando su posición. Por su parte, Eli Lilly ha desarrollado tirzepatida, conocida como Mounjaro, que ha mostrado una eficacia notable, posicionándola como una fuerte competidora en el mercado.

Sin embargo, recientemente nuevas compañías están invirtiendo en el sector. Un ejemplo de ello es Boehringer Ingelheim, que a través de su colaboración con Zealand Pharma se encuentran en pleno desarrollo de nuevos medicamentos para la obesidad.  

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 Debido al auge de este mercado, y a que en China representa el mayor mercado en términos absolutos, al tener la mayor población con obesidad del mundo, los fabricantes de medicamentos chinos están intensificando sus esfuerzos para destacar en este competitivo sector.

Con la patente de semaglutida próxima a expirar, las empresas chinas ven una oportunidad para desarrollar genéricos que no solo competirían directamente con las marcas internacionales, sino que también podrían reducir los precios en aproximadamente un 25%, según estimaciones. Este movimiento podría transformar el acceso a estos medicamentos en el país, donde una dosis semanal de Ozempic tiene un coste de unos 100 dólares (94 euros) en los hospitales públicos.

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