La farmacéutica en quiebra Mallinckrodt está en conversaciones con importantes inversores para la venta de todas sus unidades de negocio, según informa Reuters. Un movimiento que podría conducir a su salida del negocio de los opioides, tan salpicado en los últimos años por los claros fallos en su distribución y venta.
La empresa con sede en Irlanda se declaró en quiebra por segunda vez en Estados Unidos el mes pasado. En gran parte, debido al proceso de reestructuración anunciado por Mallinckrodt, que conlleva el recorte de mil millones de dólares (935 millones de euros) que deben a las víctimas de la crisis de los opioides en Estados Unidos.
Mallinckrodt está en conversaciones con importantes inversores para la venta de todas sus unidades de negocio. Un movimiento que podría conducir a su salida del negocio de los opioides, tan salpicado en los últimos años
La mala situación de la compañía no es cosa de este año, en 2022, con el objetivo de salir de la quiebra que anunciaron en junio, la empresa acordó pagar 1.700 millones de dólares (1.590 millones de euros) para resolver unas 3.000 demandas que alegaban que utilizó tácticas de marketing engañosas para impulsar las ventas de opioides.
En esta misma línea, Mallinckrodt reveló en prestaciones ante la Comisión de Bolsa y Valores, que recientemente recibieron una citación del gran jurado de la Oficina del Fiscal Federal, en busca de información sobre su informe de pedidos sospechosos de opioides.
CRISIS DE LOS OPIOIDES
La crisis de los opioides hace referencia a la terrible situación vivida en los Estados Unidos ante el gran aumento de drogadictos y muertes asociadas al uso indebido de analgésicos opioides, concretamente el fentanilo. Los principales señalados del descontrol que ha desencadenado una epidemia de estas magnitudes han sido las compañías farmacéuticas y las cadenas de suministro.
Concretamente, el inicio del fin surgió con el analgésico OxyContin, producido por la familia Sackler a través de su compañía Purdue Pharma. Una compañía caracterizada por publicitar sus productos de manera agresiva, y en este caso, como un analgésico supuestamente inofensivo, al igual que otras farmacéuticas como Mallinckrodt.