Una madre de Missouri y su equipo legal se preparan para presentar su caso ante un jurado esta semana, argumentando que Abbott, Reckitt Mead Johnson y el Hospital Infantil de St. Louis son responsables de la grave enfermedad intestinal que afectó a su hijo prematuro. Según informa Reuters, el niño contrajo esta condición a causa de las fórmulas alimenticias proporcionadas por estas empresas inmediatamente después de su nacimiento en el hospital.
El juicio, que se considera crítico, comenzará con la selección del jurado el lunes. Este caso se inscribe en un contexto más amplio de litigios relacionados con la seguridad de las fórmulas infantiles. Anteriormente, ya se han dictado veredictos en casos similares que han resultado en indemnizaciones millonarias, incluyendo 60 millones de dólares (54 millones de euros) contra Reckitt y 495 millones de dólares (445 millones de euros) contra Abbott.
Cerca de 1.000 casos similares siguen pendientes en todo el país, lo que indica que el problema ha captado la atención tanto de los consumidores como de los reguladores. La madre de Missouri busca no solo una compensación por el sufrimiento de su hijo, sino también generar conciencia sobre la seguridad de las fórmulas infantiles y la responsabilidad de los fabricantes y hospitales en la protección de los recién nacidos. La decisión del jurado en este caso podría sentar un precedente importante para futuros litigios y podría influir en las prácticas de producción y distribución de fórmulas infantiles en el sector.
Los demandantes argumentan que la administración de estas fórmulas incrementa el riesgo de desarrollar enterocolitis necrosante
Los demandantes argumentan que la administración de fórmulas a base de leche de vaca a bebés prematuros, especialmente aquellos que pesan menos de 1.500 gramos (alrededor de tres libras), incrementa significativamente el riesgo de desarrollar enterocolitis necrosante (ECN), una grave afección intestinal con una tasa de mortalidad superior al 20%.
Además, sostienen que Abbott y Reckitt Mead Johnson tenían la obligación legal de advertir a los padres y al personal médico sobre este riesgo, pero no proporcionaron dicha información, lo que podría haber contribuido a la enfermedad de sus hijos. En este contexto, ambas compañías dijeron en comunicados que las afirmaciones de la demanda no están respaldadas por evidencia y que sus productos son esenciales para los bebés prematuros.
Los grandes veredictos en los dos casos que han llegado hasta ahora a juicio han despertado la alarma entre los médicos que temen perder el acceso a los productos de los que dependen para alimentar a sus bebés. "Yo diría que hay un pánico genuino", dijo Jonathan Davis, jefe de medicina neonatal en el Centro Médico Tufts en Boston.
Abbott y Reckitt son las únicas compañías que comercializan las fórmulas especializadas implicadas en el litigio, las cuales son comúnmente utilizadas en unidades de cuidados intensivos para recién nacidos. Estas fórmulas son cruciales para el cuidado de bebés prematuros, lo que hace que el resultado de este juicio tenga implicaciones significativas para la salud neonatal.
Durante una conferencia telefónica con inversores en julio, el director ejecutivo de Abbott, Robert Ford, insinuó que la disponibilidad de estas fórmulas podría verse comprometida a causa del litigio en curso. Por su parte, Reckitt también mencionó que estaba evaluando "opciones estratégicas" para su división de fórmulas, lo que sugiere que la situación legal podría impactar su modelo de negocio y sus operaciones en el futuro.