Insys Therapeutics no ha logrado superar la adversidad derivada de investigaciones sobre sobornos de opiáceos en Estados Unidos y se ha declarado en bancarrota.
Así, este lunes, la compañía estadounidense se ha declarado en bancarrota ya que lo considera "la mejor solución que ha encontrado para tratar las cuestiones jurídicas de manera justa y transparente".
La farmacéutica, con sede en Arizona, buscará vender casi todos sus activos en un plazo de 90 días sin interrumpir los pagos a proveedores y operaciones normales. Tras el anuncio, las acciones de la compañía tuvieron su segunda peor caída en bolsa desde su debut en el año 2013.
La farmacéutica buscará vender casi todos sus activos en un plazo de 90 días sin interrumpir los pagos a proveedores y operaciones normales
"Después de realizar una revisión exhaustiva de las alternativas estratégicas disponibles, determinamos que un proceso de venta supervisado por el tribunal es el mejor curso de acción para maximizar el valor de nuestros activos y abordar nuestros desafíos legales heredados de manera justa y transparente", han insistido desde la compañía.
El pasado viernes Insys acordópagar 225 millones de dólares (200,3 millones de euros) para resolver el pago de sobornos a médicos para que recetaran opiáceos altamente adictivos en Estados Unidos.
Los fiscales declararon que Insys usó sobornos y otras prácticas de comercialización ilegales para aumentar las ventas de Subsys, un spray debajo de la lengua destinado a tratar el dolor en pacientes adultos con cáncer y que contiene fentanilo, un opioide 100 veces más fuerte que la morfina.
El acuerdo se produjo tras la condena del 2 de mayo por un jurado federal en Boston de cinco exejecutivos de Insys, incluido el fundador y exmultimillonario John Kapoor, de cargos por extorsión por contribuir a la epidemia de opiáceos de la nación.