Las acciones de la farmacéutica británica Indivior se han desplomado tras ser acusada por el departamento de Justicia de Estados Unidos de participar en un plan ilegal para aumentar las recetas de la versión de su tratamiento para la adicción a los opiáceos, Suboxone.
La acusación alega que Indivior ganó miles de millones de dólares engañando a los médicos y a los programas de beneficios de atención médica para que creyeran que la versión cinematográfica de Suboxone era más segura y menos susceptible de abuso que otros fármacos similares.
Precisamente, a Indivior se le acusa de conspiración, fraude en la atención médica, fraude por correo y electrónico.
La película Suboxone es un opioide aprobado por la Agencia del Medicamento de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) utilizado por personas que se recuperan de la dependencia de los opioides.
Según la acusación, Indivior también buscaba aumentar las ganancias utilizando un programa llamado 'Aquí para ayudar' que conectaba a los pacientes adictos a los opioides con los médicos que Indivior sabía que prescribían analgésicos a tasas elevadas y en circunstancias "sospechosas".
Reckitt no ha sido acusada, pero las demandas alegan que el comportamiento ilegal comenzó antes de que se separara de Indivior en el año 2014
Pero, también, a Reckitt Benckiser le ha salido cara su participación en el escándalo de opiáceos y sus acciones cayeron un 6,5%.
Por el momento, Reckitt no ha sido acusada, pero las demandas alegan que el comportamiento ilegal comenzó antes de que se separara de Indivior en el año 2014. Se refiere al propietario de Indivior hasta entonces como "Compañía A".
La acusación dice que los ejecutivos de la "Compañía A" hicieron "declaraciones falsas" de que la versión cinematográfica de Suboxone era más segura que la tableta descontinuada, "aunque sabían que la razón principal de la suspensión era retrasar la aprobación de la FDA de Suboxone genérico".
Reckitt estaba empezando a recuperar la confianza de los inversionistas después de una serie de problemas puntuales que incluían un escándalo de seguridad en Corea del Sur, un lanzamiento fallido del producto, un ataque cibernético y un fallo de fabricación. Pero, esta nueva multa, podría jugarle otra mala pasada.