La industria farmacéutica está preparando sus planes de contingencia ante el abismo de un Brexit sin acuerdo, después de que la cumbre europea de este miércoles y jueves en Salzburgo haya rechazado el plan de la primera ministra británica, Theresa May.
El pasado mes de agosto el secretario de Estado para la Salud del Reino Unido, Matt Hancock, escribió una carta pública en la que desgranaba las medidas que adoptará el Gobierno de May en relación al suministro de medicamentos si, finalmente, no se produce un acuerdo embre ambas partes.
Por ello, ante la falta de entendimiento entre la UE y Reino Unido, el Ejecutivo británico va a asegurar seis semanas adicionales de suministro de medicamentos en caso de que las importaciones procedentes de la UE se vean afectadas". Hay que recordar que la ruptura institucional se producirá el próximo 29 de marzo de 2019 y la negociación, según el calendario fijado por Bruselas, debe concluir en octubre.
Todo este proceso de negociación del Brexit ha despertado la preocupación e incertidumbre en el sector farmacéutico. De hecho, los proveedores sanitarios del Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés National Health Service) de Reino Unido han advertido que, si no se produce un acuerdo entre Bruselas y el Gobierno inglés, se corre un riesgo significativo de sufrir "una escasez de medicinas y de dispositivos médicos".
Sin un plan ni coordinación nacional podría haber escasez de medicinas y de dispositivos médicos lo que dificultaría la detención y el control de la propagación de enfermedades
Y es que, sin un plan ni coordinación nacional podría haber escasez de medicinas y de dispositivos médicos lo que dificultaría la detención y el control de la propagación de enfermedades.
Asimismo, hace unas semanas, las farmacéuticas francesas instaron a los negociadores europeos y británicos que garantizaran la libre circulación de medicamentos.
Los suministros de miles de medicinas alteran el riesgo si Reino Unido deja la Unión Europea sin llegar a un acuerdo antes del 29 de marzo de 2019, obligando a los fabricantes a preparar duplicados de pruebas de productos y acuerdos de licencia para mantener los medicamentos en el mercado.
Más de 2.600 medicamentos tienen parte de la fabricación llevada a cabo en Gran Bretaña, mientras que 45 millones de paquetes de pacientes se suministran desde Gran Bretaña a los países de la UE cada mes y otros 37 millones fluyen a Gran Bretaña desde la UE.
COSTE PARA LAS FARMACÉUTICAS
A parte de todo esto, una de las mayores preocupaciones de las empresas farmacéuticas es el coste que supondrá el Brexit para sus arcas. Pfizer, la compañía con sede en Estados Unidos, ha cifrado en unos 100 millones de dólares (86 millones de euros) los costes que supondrá la ruptura del Reino Unido con la Unión Europea.
Precisamente, Pfizer ha señalado que estos costes se derivan de la transferencia de pruebas de productos y licencias a otros países, el cambio de los procedimientos de gestión de ensayos clínicos, así como otras medidas preventivas.
Pero no sólo Pfizer, la incertidumbre sobre las consecuencias ha obligado a compañías como AstraZeneca, GlaxoSmithKline (GSK) y Merck a prepararse para el peor de los casos. En este punto, GSK también coincide con Pfizer y estima el gasto en unos 100 millones de dólares.
Además, otras empresas pequeñas como Dechra Pharmaceuticals, una compañía de medicamentos veterinarios con sede en el noroeste de Inglaterra, dijo que podría necesitar gastar hasta 2,6 millones de dólares (2,2 millones de euros) para duplicar las pruebas y trasladar los registros de productos a la UE.