La industria farmacéutica se ha puesto las pilas ante el cambio de sede de la Agencia Europea de Medicamento (EMA)…
Y es que desde que se conociera la nueva sede de la EMA, los fabricantes de medicamentos se han apresurado a implementar planes de contingencia para afrontar la montaña de papeleo para mantener el suministro de medicamentos sin interrupciones.
Pero aunque Guido Rasi, director ejecutivo de la EMA, espera evitar retrasos en la aprobación de los medicamentos, ha asegurado que “la ciudad holandesa cumple muchos de sus requisitos”.
"Si perdemos gente horizontalmente en toda la agencia, probablemente no cause demoras en las aprobaciones”, ha dicho Rasi, al tiempo que ha manifestado que “si hay un colapso en algunos servicios específicos, perturbaría las cosas más seriamente”.
Mantener las aprobaciones oportunas para los nuevos medicamentos es crucial para las compañías farmacéuticas y de biotecnología, que tienen docenas de medicamentos experimentales que serán evaluados por la Unión Europea (UE) en los próximos años.
Estos medicamentos incluyen fármacos para el cáncer, la esclerosis múltiple y la artritis reumatoide de grandes fabricantes de medicamentos, así como terapias genéticas pioneras para enfermedades hereditarias de firmas más pequeñas.
Mantener las aprobaciones oportunas para los nuevos medicamentos es crucial para las compañías farmacéuticas y de biotecnología
Además, la EMA se enfrenta al trabajo adicional de procesar las autorizaciones de mercado que las empresas necesitan para vender medicamentos recetados en la UE, una tarea que aumentará drásticamente a medida que las empresas se apresuren a transferir licencias de productos del Reino Unido a entidades con sede en la UE.
"Las empresas están trabajando para hacer todas las transferencias al mismo tiempo, por lo que el sistema regulador va a tener dificultades para afrontar los 16 meses que faltan antes del Brexit", ha explicado a Reuters, Nathalie Moll, directora general de la Federación Europea de Industrias y Asociaciones Farmacéuticas.
Así mismo, las estrictas regulaciones de medicamentos también requerirán una nueva prueba de los fármacos enviados a través de las fronteras, lo que obligará a los fabricantes a establecer centros de pruebas adicionales.