Las compañías farmacéuticas Johnson & Johnson y Teva están siendo protagonistas en los últimos días en la crisis de opiáceos en el estado de Oklahoma, en Estados Unidos.
El pasado lunes, tal y como informamos en Consalud.es, Teva acordó pagar 85 millones de dólares (75,9 millones de euros)a Oklahoma días antes de que la compañía enfrente un juicio por las acusaciones de que él y otros fabricantes de medicamentos ayudaron a alimentar la epidemia de opiáceos en Estados Unidos.
Las acusaciones contra Teva se centran en los productos opiáceos de marca Actiq y Fentora, así como en los analgésicos genéricos que produjo. Precisamente, la demanda alega que la comercialización de los analgésicos por parte de la compañía era la culpable de la epidemia de opiáceos.
Ahora, el estado intentará convencer al juez de distrito del condado de Cleveland, Thad Balkman, para que descubra que las compañías crearon una molestia pública mediante el uso de marcas engañosas que minimizan los riesgos adictivos de sus medicamentos y exageran sus beneficios.
Hasta el momento, ambas compañías han negado las irregularidades, argumentando que el estado carece de pruebas
Hasta el momento, ambas compañías han negado las irregularidades, argumentando que el estado carece de pruebas que vinculen la comercialización que hicieron con los médicos que escriben prescripciones de opiáceos injustificadas.
También han precisado que incluso si comercializan falsamente sus productos, el estado no puede probar que causó epidemia de opiáceos dado el papel que desempeñaron los médicos, los pacientes y los farmacéuticos.
"Las etiquetas aprobadas por la FDA para estos medicamentos recetados para el dolor brindan información clara sobre sus riesgos y beneficios", han dicho desde Johnson & Johnson, al tiempo que ha reiterado que “las acusaciones contra la compañía son infundadas y no están fundamentadas".
Por su parte, Teva ha insistido en que “de ninguna manera ha contribuido al abuso de opiáceos en Oklahoma por lo que se defenderá vigorosamente”.
No obstante, el estado ha afirmado que J&J y Teva comercializan engañosamente los opiáceos con Purdue al retener a médicos prominentes para que den charlas sobre el uso de opioides para tratar el dolor crónico en lugar del dolor a corto plazo.
También ha subrayado que las compañías financiaron grupos que pretendían ser independientes y estos grupos a su vez promovieron las tergiversaciones.