La compañía estadounidense Johnson & Johnson ha anunciado que han conseguido resolver dos demandas en el caso de los productos de talco que causaban cáncer. Según apunta Reuters se trata de los primeros casos que van a juicio desde que un tribunal federal rechazó el plan de la compañía de quiebra.
En concreto, los acuerdos se resolvieron en las demandas presentadas por Rosalino Reyes y Marlin Eagles, que alegaron haber desarrollado mesotelioma relacionado con el asbesto en el talco en polvo de J&J. En total, la empresa se enfrenta a más de 50.000 demandas, la mayoría por parte de mujeres con cáncer de ovario.
"Las familias Eagles y Reyes expresan su agradecimiento a los jurados y al personal de la sala que participaron en el juicio", comunicaron Joseph Satterley y Denyse Clancy, abogados de los demandantes, en una declaración conjunta.
"Para aquellas firmas que opten por no buscar resoluciones razonadas, continuaremos litigando agresivamente sus reclamos en el sistema de daños, donde hemos prevalecido en la abrumadora mayoría de los casos juzgados"
Este acuerdo llega después de que J&J no lograra por segunda vez en julio trasladar decenas de miles de reclamaciones sobre talco a un tribunal de quiebras, donde esperaba resolverlas a través de un acuerdo propuesto por 8.900 millones de dólares (8.211 millones de euros).
Por parte de J&J se muestran centrados en las continuas negociaciones que todavía quedan abiertas. "Para aquellas firmas que opten por no buscar resoluciones razonadas, continuaremos litigando agresivamente sus reclamos en el sistema de daños, donde hemos prevalecido en la abrumadora mayoría de los casos juzgados porque los reclamos no tienen fundamento y se basan en ciencia basura".
Los juicios de estos casos tienen un historial mixto, entre los que se encuentran importantes victorias con los demandantes, incluida una sentencia de 2.100 millones de dólares (1.937 millones de euros) otorgada a 22 mujeres con cáncer de ovario. Por otro lado, el mes pasado, un tribunal de apelaciones de Nueva Jersey desestimó un veredicto de 223,7 millones de dólares (206 millones de euros) contra la empresa, al considerar que el testimonio de los peritos de los demandantes no era sólido.