"Los inversores necesitan certeza": El paradigma de inversión que afrontan las pequeñas empresas

Los inversores del sector farmacéutico necesitan incentivos demostrables y seguros para realizar operaciones con las pequeñas compañías ante el panorama de incertidumbre, lo que se traduce en un gran esfuerzo económico para las empresas emergentes

Medicamentos (Foto. Freepik)
Medicamentos (Foto. Freepik)
13 enero 2024 | 00:00 h
Archivado en:

La industria sanitaria y farmacéutica, después de la pandemia de COVID-19 y con los conflictos actuales que tambalean el mundo, se considera un sector estratégico para contribuir al bienestar de la sociedad. Debido a esto, la inversión en innovación se considera un factor clave.

La industria farmacéutica ha visto algunos avances importantes en los últimos años. En todos los mercados globales, el sector está llegando a un punto crítico en el que es necesario revitalizarla. Sin embargo, se observa cómo en el año 2022 la investigación y el desarrollo cayeron al 1,2%, siendo esta la cifra más baja en los últimos 23 años. Asimismo, el gasto en I+D de las compañías del sector ha caído un 2% según los datos del informe de CPHI “Desafíos y Oportunidades en Innovación e inversión farmacéutica”.

CADA EURO IMPORTA

Durante el 2023, la inversión dio un repunte, aunque los últimos trimestres del año, el panorama fue desfavorable debido a la situación de incertidumbre. Por un lado, los grandes inversores se encontraban paralizados reinvirtiendo su capital en sus activos. Por el contrario, las compañías emergentes no obtenían la financiación necesaria para continuar hacia delante, afrontando pérdidas constantes. Esta situación dificulta la renovación del sector, ya que las nuevas empresas desempeñan un papel crucial a la hora de fomentar la innovación.

De esta manera, tras un 2023 con incertidumbre, nos encontramos un 2024 donde cada euro cuenta. Este es el paradigma que afrontaran los inversores en las próximas rondas de financiación. Asimismo, como indica el CPHI, debido a que los inversores se vieron forzados a invertir más en las empresas de su cartera, al no querer arriesgar sus fondos, estas deben justificar donde ha ido a parar ese capital y como va a generar un beneficio.

Actualmente, es complicado conseguir capital para las pequeñas compañías del sector farmacéutico que necesitan inversiones, ya que se enfrentan a un mercado muy competitivo y exigente, donde se requiere mucha innovación, calidad y rentabilidad. Para lograrlo, los inversores necesitan certezas, es decir, que las empresas demuestren que sus productos son seguros, eficaces y aportan valor añadido a la salud de las personas. Sin embargo, para poder hacerlo, es necesario una financiación previa que les ayude a obtener los resultados esperados. Lo que se convierte en un tedioso círculo vicioso al que tienen que hacer frente. Además, las compañías deben cumplir con las normativas y regulaciones de cada país y región donde operan, lo que implica una gran inversión en I+D.

Los inversores necesitan certezas, que las empresas demuestren que sus productos son seguros, eficaces y aportan valor añadido a la salud de las personas

Mientras las pequeñas compañías afrontan este paradigma, para las grandes farmacéuticas no ha habido muchos cambios. Estas continúan realizando transacciones a través de las mismas dinámicas debido a que están muy consolidadas y a que tienen un gran nivel de liquidez. Asimismo, según se afirma el informe de CPHI, a grandes rasgos, no ha habido ningún cambio en el número de acuerdos, ni en el tamaño del mismo este pasado año en comparación con el anterior.

Una tendencia que se está volviendo predominante es la decisión de las grandes farmacéuticas de asociarse con empresas emergentes en las primeras etapas de desarrollo. Aunque esto pueda verse como una gran noticia para las pequeñas empresas, la realidad es que en muchos casos las grandes compañías son las beneficiadas. Si bien es cierto, son estas las que proporcionan los medios, son los pequeños desarrolladores los deben gastar la financiación y el tiempo en desarrollar el fármaco o producto para que finalmente la gran compañía obtenga los derechos. Es por ello, que últimamente se observa un proceso más dictatorial, donde se evita que nuevas empresas obtengan protagonismo.

Otra tendencia que destaca el informe publicado por la CPHI es que actualmente las compañías de esta industria han cambiado la forma de trabajar. Tanto las grandes farmacéuticas, como las biotecnológicas más pequeñas, han comenzado a externalizar sus productos y así ahorrar costes. Utilizando la subcontratación esperan estabilizar los negocios y obtener una ventaja competitiva. Ante la falta de inversión, con este ahorro se espera avanzar en un entorno de incertidumbre.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.