La confianza de los inversores en la industria farmacéutica ha experimentado altibajos en los últimos años. Después de la pandemia, el sector farmacéutico se consolidó como una industria estratégica para el bienestar global, lo que aumento el interés en la inversión. Sin embargo, a pesar de algunos avances importantes, en 2022 se registró una caída significativa en la inversión en investigación y desarrollo (I+D), alcanzando su nivel más bajo en 23 años. Según el informe de CPHI, el gasto en I+D de las compañías del sector cayó un 2%, lo que refleja un panorama incierto que afecta la confianza de los inversores.
A pesar de estos malos resultados, el sector continúa invirtiendo en el desarrollo de nuevos tratamientos. Uno de los principales factores que refuerzan la confianza de los inversores es precisamente esta constante apuesta por la innovación. Según un informe de Grand View Research, la industria farmacéutica se encuentra en constante evolución enfocada en el desarrollo de productos innovadores. Se espera que el mercado global de productos farmacéuticos alcance los 2,3 mil millones de dólares (2 mil millones de euros) en 2030, con una tasa de crecimiento interanual del 6,12% entre 2023 y 2030. El aumento del mercado farmacéutico se debe al incremento en la prevalencia de enfermedades crónicas, lo que genera una mayor demanda de nuevas soluciones terapéuticas.
El aumento del mercado farmacéutico se debe al incremento en la prevalencia de enfermedades crónicas
Si nos centramos en la distribución geográfica de las ventas de nuevos medicamentos lanzados entre 2018 y 2023, destaca el dominio de Estados situándose en el mercado con un 67.1% del total de ventas según una investigación realizada por la Federación Europea de Industrias y Asociaciones Farmacéuticas (EFPIA). Europa, representada por los cinco principales países, Francia, Alemania, Italia, España y Reino Unido, sigue en importancia con un 15.8%, mientras que Japón ocupa un 3.9%. Además, los mercados emergentes farmacéuticos, denominados "Pharmerging", que incluyen países como China, India, Brasil, y otros de América Latina y Asia, representan el 3.8% de las ventas.
Sin embargo, a pesar de los resultados, la industria debe afrontar desafíos significativos como la presión de Asequibilidad por parte de los Gobiernos que se encuentran implementando controles de precios y promoviendo el uso de medicamentos genéricos para reducir los costos de atención médica. Estos retos junto con la creciente presión regulatoria y el costo elevado de desarrollo y aprobación de medicamentos son preocupaciones constantes. En el año 2020, el coste medio de desarrollar y comercializar un nuevo medicamento alcanzó los 2.442 millones de dólares (2.194 millones de euros), un leve 2% desde 2019 según un informe de Deloitte.
La controversia sobre los precios de los medicamentos también juega un papel crucial. Las críticas sobre el alto costo de los tratamientos y las presiones para establecer precios más accesibles afectan la percepción pública y pueden influir en las decisiones de inversión. Todo ello ha provocado un sector repleto de incertidumbre que ha afectado las perspectivas de la industria, con grandes inversores adoptando una postura conservadora y reinvirtiendo en sus activos consolidados, mientras que las empresas emergentes enfrentan serias dificultades para acceder a financiación.
En 2024, la situación sigue siendo crítica, donde "cada euro importa" y los inversores exigen certezas en términos de seguridad, eficacia y valor añadido de los productos antes de comprometer su capital como indica el informe del CPHI. En paralelo, las grandes farmacéuticas, con mayores recursos y liquidez, mantienen sus dinámicas de inversión y tienden a asociarse con compañías emergentes, en un proceso que a menudo las favorece más a ellas, mientras las pequeñas empresas asumen la carga del desarrollo.