Inicio del año convulso para el sector biotecnológico, nueve empresas repletas de despidos

Los malos resultados cosechados en 2022 han provocado que muchas biotecnológicas hayan tenido que reestructurar la empresa durante el primer mes del año.

Biotecnología (Foto. Freepik)
Biotecnología (Foto. Freepik)
Ander Azpiroz
28 enero 2023 | 00:00 h
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El inicio de 2023 para la industria biotecnológica ha estado marcado principalmente por cambios en la estructura de las empresas y por lo tanto, muchos despidos. Las compañías afectadas han tenido que tomar medidas tras los malos resultados cosechados durante el año pasado y como consecuencia de ello, han decidido reducir costes y plantillas, algunos de manera drástica y otros, más controlada.

FATE THERAPEUTICS

Uno de los primeros en comenzar con los despidos ha sido Fate Therapeutics, que tras haber terminado su colaboración con la farmacéutica Johnson & Johnson, se han visto obligados a disminuir el número de empleados y a detener múltiples programas de desarrollo clínico, todo ello con el objetivo de ampliar su flujo efectivo. La biotecnología terminó 2021 con 449 empleados, una cifra que, según apuntan desde la compañía aumentó a 545 el año pasado y tras la reconstrucción, emplearán a 220 personas.

Estamos decepcionados de no haber podido alinearnos con Janssen en su propuesta para continuar nuestra colaboración

La relación con J& J comenzó con el pago de 50 millones de dólares (45.968.556 euros) por adelantado, posteriormente realizaron una inversión de otros 50 millones de dólares y 3 mil millones (2.758.113.536 euros) relacionados con posibles hitos que cumplieran para crear nuevos candidatos de productos de células CAR T. Los problemas llegaron en el cuarto trimestre de 2022, momento en el que tenían que negociar si continuaban con el acuerdo. “Estamos decepcionados de no haber podido alinearnos con Janssen en su propuesta para continuar nuestra colaboración, donde dos productos candidatos dirigidos a antígenos hematológicos validados clínicamente y de alto valor estaban listos para entrar en desarrollo clínico en 2023”, explicó el director ejecutivo de Fate, Scott Wolchko.

RENEURON

El caso de ReNeuron resalta por la decisión del recién llegado Iain Ross, como presidente ejecutivo de la compañía, de reducir un 40% el total de su plantilla. Ya desde hace un año la empresa había cambiado su rumbo, dejando de trabajar en el tratamiento de células madre de la retina humana para una enfermedad ocular, para centrar sus recursos en su plataforma de exosomas y colaboraciones asociadas.

Estratégicamente, el objetivo es lograr la validación comercial de nuestra plataforma de entrega CustomEX

Un cambio que no fue del todo positivo, ya que a finales de año revelaron que los intentos de aumentar el capital habían fracasado y de la mano también llegó el abandono de Catherine Isted, que había  asumido el cargo de directora ejecutiva en septiembre. Un panorama terrible que se encontró Iain Ross y al que ya se ha puesto en marcha para tratar de cambiarlo con la iniciativa de centrarse en la plataforma de entrega CustomEX y despedir al 40% de sus trabajadores.

“Estratégicamente, el objetivo es lograr la validación comercial de nuestra plataforma de entrega CustomEX y para ello generaremos datos in vivo destinados a diferenciarnos de nuestros competidores”, apuntó Ross en un comunicado.

FINCH

El último caso, hasta el momento, de esta larga lista de biotecnológicas en reconstrucción es Finch Therapeutics, que tras poner en marcha de nuevo su ensayo clínico de fase 3 tuvo que detenerlo y deshacerse del 95% del personal que forma la empresa ante el mal pronóstico de financiación.

La biotecnológica con sede en Massachusetts, Estados Unidos, ha tenido que aguantar unos años muy complicados dada la preocupación de que sus tratamientos podían llegar a estar relacionados con la infección de Covid-19 y la Agencia del Medicamentos de estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), terminó suspendiendo clínicamente a Finch. Cuando ya comenzaron a desvincularse de este tema y reanudar una prueba de Clostridium difficile de fase 3, tuvieron que detener el estudio CP101 y finalmente acabar despidiendo al 95% de sus trabajadores.

Junto con estas tres empresas analizadas, otras seis se han sumado a la tendencia de reestructurar sus plantillas con numerosos despidos que reflejan la mala situación que atraviesa la industria. La pregunta es si van a continuar durante los próximos meses con los resultados negativos o van a conseguir remontar la situación y disminuir el número de empleados despedidos.

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