La industria farmacéutica estadounidense está intensificando sus esfuerzos para modificar la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés), que otorga a Medicare la capacidad de negociar los precios de ciertos medicamentos recetados. Según lobistas y ejecutivos del sector, los cambios propuestos ya están siendo discutidos con el equipo de transición del presidente electo Donald Trump, quien asumirá el cargo próximamente.
Sin embargo, según informa Reuters, las empresas farmacéuticas han argumentado que las restricciones actuales podrían frenar la innovación y desincentivar el desarrollo de medicamentos de bajo costo y fácil producción, como píldoras y cápsulas.
Actualmente, la ley permite negociar los precios de medicamentos biológicos después de 13 años en el mercado, pero establece un período más corto, de 9 años, para los medicamentos de moléculas pequeñas. La industria está presionando para que ambos plazos sean de 13 años. “Aumentar el período de exclusividad a 13 años para todos los medicamentos es esencial para garantizar la sostenibilidad de la innovación en nuestro sector”, comentó un ejecutivo de una importante compañía farmacéutica que pidió anonimato.
“Extender el tiempo de exclusividad daría un enorme beneficio a la industria farmacéutica sin ningún retorno significativo para los pacientes"
Por otro lado, críticos como S. Sean Tu, profesor de Derecho en la Universidad de Virginia Occidental, cuestionan esta propuesta. “Extender el tiempo de exclusividad de 9 a 13 años es una terrible idea. Simplemente se estaría dando un enorme beneficio a la industria farmacéutica sin ningún retorno significativo para los pacientes o el sistema de salud”, afirma. Según el especialista, incluso cinco años de exclusividad serían suficientes para garantizar incentivos económicos para el desarrollo de nuevos medicamentos.
Las negociaciones de precios ya han mostrado resultados significativos. En la primera ronda, la administración Biden logró reducir hasta en un 79% el precio de diez medicamentos recetados, incluyendo tratamientos como Ozempic, un medicamento para la diabetes producido por Novo Nordisk. Estas reducciones han causado preocupación en las empresas, que temen pérdidas significativas en ingresos.
La industria farmacéutica confía en que el Congreso republicano y la administración Trump sean más receptivos a sus demandas. Una fuente de una gran farmacéutica señaló que “los republicanos están cada vez más conscientes de que la ley tiene consecuencias no deseadas que podrían obstaculizar el desarrollo de ciertos medicamentos”.
“No creo que RFK sea muy amigable con la industria”
Sin embargo, la llegada de Robert F. Kennedy Jr. como secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos podría complicar los planes de la industria. Kennedy, conocido crítico de las grandes corporaciones, podría adoptar una postura menos favorable hacia las reformas propuestas. “No creo que RFK sea muy amigable con la industria”, señaló Evan Seigerman, analista de BMO, refiriéndose a las posibilidades de éxito de las propuestas de cambio.
La industria también espera utilizar el proceso de conciliación presupuestaria para abordar sus demandas, un mecanismo legislativo que requiere menos votos en el Senado para aprobar modificaciones. Aunque es poco probable que se eliminen completamente las negociaciones de precios, los próximos meses serán determinantes para definir el futuro de esta ley y su impacto en pacientes, empresas y el sistema de salud en general.