La industria farmacéutica innovadora muestra continuamente su compromiso para acabar con la brecha que existe actualmente en la atención de enfermedades no transmisibles (ENT). Un objetivo que recogen los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030 bajo el concepto de cobertura universal de salud.
Estas actividades de la industria se han guiado por el Marco de Atención sobre las ENT redactado por la International Federation of Pharmaceutical Manufacturers & Associations (IFPMA). Un documento que señala cuatro puntos principales en los que se han basado para tratar de poner fin a uno de los problemas sanitarios más importantes en la historia.
Sólo en los últimos 10 años, gracias a la inversión en I+D se han conseguido desarrollar más de 470 medicamentos para tratar enfermedades como el cáncer o la diabetes
En primer lugar la innovación, uno de los ejes de la industria farmacéutica. En este caso, ayuda a reducir la mortalidad prematura por ENT, aumentando la calidad de vida de los pacientes y mejorando los resultados de salud pública.
Según apuntan desde IFPMA, sólo en los últimos 10 años, gracias a la inversión en I+D se han conseguido desarrollar más de 470 medicamentos para tratar enfermedades como el cáncer o la diabetes. Un gran pasado que no se queda ahí, ya que de cara al futuro, la federación apunta que realizarán más de 3.700 ensayos clínicos para terapias contra el cáncer y 450 ensayos en curso sobre soluciones para enfermedades cardiovasculares.
Junto con el desarrollo, otro de los ejes para conseguir reducir la brecha asistencial se centra sobre la disponibilidad a terapias. A día de hoy, los sistemas de salud de todo el mundo, sobre todo en los países con recursos limitados, no se garantiza el acceso ni a vacunas ni a medicamentos. Como solución, IFPMA propone que estas innovaciones lleguen más rápido a quienes lo necesitan, por ello, tratan de fortalecer los sistemas de salud y se asocian con una amplia parte interesada para apoyar programas e iniciativas de donación médica, y así, cerrar las brechas de financiamiento en los esquemas de cobertura universal.
El tercer punto en el que ponen especial hincapié en el marco regulatorio es el empoderamiento de las personas que viven con ENT, una cuestión a la que generalmente no se le da mucha importancia, pero que se ha comprobado que tiene consecuencias muy positivas. Así lo defiende la IFPMA, que apunta que aumentar la alfabetización sanitaria y crear conciencia sobre estas enfermedades es una de las claves para la adopción de estilos de vida saludable.
En este caso, el plan de acción para la industria es colaborar en iniciativas que den voz a los enfermos y puedan guiar e influir en los cambios de políticas, y, en definitiva, mejorar la capacidad de respuesta y reducir la brecha asistencial.
Las personas que viven con ENT necesitan de sistemas preparados y resilientes que puedan absorber las innovaciones de manera segura y efectiva
Por último, para que las innovaciones acaben llegando a las personas y se garantice la mejora de la calidad de atención, los sistemas sanitarios deben estar preparados. Es evidente que las personas que viven con ENT necesitan de sistemas preparados y resilientes que puedan absorber las innovaciones de manera segura y efectiva.
Por ello, la IFPMA trabaja continuamente con gobiernos de los países más afectados en búsqueda del fortalecimiento de la burocracia. Concretamente, centran sus esfuerzos sobre la promoción de enfoques de atención primaria y la integración de programas de atención en ENT y enfermedades infecciosas, así como la mejora de las conexiones para construir infraestructura y capacidad de la fuerza laboral en la atención médica.