Hace más de una década que Google inició su incursión en el sector de la salud como un servicio de registro de datos personal que quería unificar y facilitar el acceso a los datos médicos y hacer que los pacientes tuvieran más conocimiento sobre su propia información.
Pero, sus idas y venidas no han pasado desapercibidas a lo largo de estos meses y parece que el gigante tecnológico está "dejando a un lado" su apuesta por la salud.
Y es que, los retos que ha afrontado Google en el ámbito de la salud no son distintos de los que enfrentan grandes empresas con una experiencia mínima en el sector sanitario que intentan cambiar la industria en un corto plazo de tiempo.
En 2012, Google cerró su primer proyecto serio de atención sanitaria, un servicio que permitía a los usuarios almacenar sus historiales médicos en línea conocido como Google Health.
Sin embargo, el pasado mes de agosto, Google desmanteló su división de salud y llevó a cabo una reorganización que incluyó una transferencia de casi el 20% del personal de Google Health a otros equipos de toda la compañía. En total, más de 130 empleados de Google Health fueron trasladados a las organizaciones de Fitbit y Search. Esto dejó a unos 570 trabajadores en la división de salud que estarán divididos en tres equipos, pero ninguno de ellos se concentrará en productos de consumo.
Google desmanteló su división de salud y llevó a cabo una reorganización que incluyó una transferencia de casi el 20% del personal de Google Health a otros equipos de toda la compañía
Pese a los contratiempos, en su apuesta por irrumpir en el sector salud, la tecnológica ha seguido explorando nuevas ideas a lo largo del tiempo. De hecho, Google pasó varios años desarrollando inteligencia artificial para analizar radiografías y otros documentos de pacientes e identificar enfermedades con la intención de predecir los resultados y reducir costes. También experimentó con otras ideas, como añadir una opción para que las personas que buscan información médica puedan hablar directamente con un médico.
La compañía incluso apostó por la adquisición de pequeñas empresas y cerró acuerdos de colaboración con las clínicas y sus datos. Pero, sin duda, las alarmas saltaron cuando salió a la luz que Google Cloud trabajaba en secreto con Ascension, un gigante de la sanidad privada en Estados Unidos.
El proyecto, conocido con el nombre de Project Nightingale, movía la información personal y médica de 50 millones de pacientes a la nube de Google sin que los pacientes ni los médicos tuvieran conocimiento de ello. Este acuerdo motivó abrir una investigación que obligó a la compañía a dar explicaciones.
Pero Google aún sigue con la idea de enfocarse en el sector salud. Actualmente, la tecnológica anunció que junto a investigadores de Mayo Clinic han desarrollado un nuevo algoritmo de inteligencia artificial para mejorar los dispositivos de estimulación cerebral para tratar enfermedades.
También, en agosto, anunció un acuerdo con la compañía Lumen mediante el cuál aplicarán el aprendizaje automático en la fabricación de productos biológicos, y el pasado mes de septiembre, anunció una nueva colaboración la empresa de tecnología de la salud,Cue Health, para abordar la secuenciación y seguimiento de variantes virales respiratorias en tiempo real.
TRABAS TAMBIÉN PARA AMAZON Y APPLE
Al igual que está ocurriendo con Google y su apuesta por el sector salud, otras iniciativas de salud de los gigantes tecnológicos han fracasado recientemente.
A principios de este año, Amazon también se deshizo de una empresa conjunta de beneficios de salud desarrollada con Berkshire Hathaway y JPMorgan Chase & Co.
Por su parte, en Apple, otra de esas grandes tecnológicas que concitan la atención del mundo en cada movimiento, las cosas no van mucho mejor en sus esfuerzos por liderar el sector salud. Ahora, la compañía está dando marcha atrás en un proyecto clave de su división de salud. Se trata de una aplicación llamada HealthHabit que los empleados de Apple pueden usar para registrar objetivos relacionados con el fitness, controlar la hipertensión y hablar con médicos y especialistas de AC Wellness, el grupo de doctores con el que trabaja Apple.