La compra de Hospira por parte de Pfizer no ha sido la decisión más acertada para la compañía y Hospira siguen siendo un dolor de cabeza para la farmacéutica.
Y es que, se suponía que la adquisición abriría un nuevo futuro farmacéutico para Pfizer, pero los problemas del pasado de la compañía siguen atormentando al fabricante de medicamentos.
Cuando Pfizer acordó pagar 17.000 millones de dólares (14.993 millones de euros) para hacerse cargo de Hospira en 2015, el acuerdo se presentó como una apuesta por los biosimilares y versiones más baratas de medicamentos biológicos.
Actualmente, la compañía farmacéutica no está enviando suministros suficientes de muchos medicamentos básicos que todos los hospitales necesitan
Sin embargo, no ha funcionado así. El mercado de biosimilares en Estados Unidos se ha desarrollado lentamente en medio de una disputa legal sobre la propiedad intelectual de las compañías farmacéuticas. Mientras tanto, el serio negocio de medicamentos inyectables en el núcleo de Hospira le ha dado a Pfizer muchos problemas de fabricación y escasez de medicamentos.
Precisamente, según Bloomberg, este martes Hospira ha dado otro disgusto a Pfizer ya que el fabricante de medicamentos redujo sus expectativas de ventas para el año, diciendo que los problemas del negocio serían un lastre para sus ventas en general.
Los problemas con Hospira han persistido mucho después de que se cerrara el acuerdo. Treinta medicamentos fabricados en Hospira han sido retirados del mercado desde enero de 2017, según datos de la Agencia de Medicamentos de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés). Los retiros se realizaron por motivos que van desde problemas de esterilidad hasta la presencia de partículas como el acero inoxidable en solución salina.
Actualmente, la compañía farmacéutica no está enviando suministros suficientes de muchos medicamentos básicos que todos los hospitales necesitan como el fentanilo y la morfina, o anestésicos locales como lidocaía y bupivacaína.