Una patente otorga a una farmacéutica derechos exclusivos para fabricar una vacuna que desarrolló y también le permite cobrar un precio que cubra los costes de investigación y desarrollo. Su ganancia por dosis, sin embargo, depende de la urgencia de la situación.
Con la pandemia del coronavirus fueron muchas las compañías farmacéuticas que se lanzaron a desarrollar sus propias vacunas contra el virus. Sin embargo, la guerra de las patentes se aviva y los cruces de demandas entre las compañías continúa.
La última ha sido la de Moderna contra Pfizer y BioNTech. Pero estano es la única planteada en los tribunales por las patentes relacionadas con las vacunas de la Covid. A principios de año, Alnylam Pharmaceuticals, una biofarmacéutica norteamericana presentó varias demandas contra Pfizer y Moderna, en busca de daños y perjuicios por la infracción de patente en la fabricación y venta de sus vacunas mRNA contra la COVID-19. Alnylam exigió una compensación por el uso de su tecnología de nanopartículas lipídicas (LNP) que transporta y administra terapias o vacunas basadas en ARN en el cuerpo e insistió en que "las vacunas de Pfizer y Moderna infringían su patente mediante el uso de un lípido formulado en LNP que protege y administra el ARNm de las vacunas".
Moderna cree que Pfizer y BioNTech copiaron dos características clave de las tecnologías patentadas de Moderna que son fundamentales para el éxito de las vacunas de ARNm
Anteriormente, Arbutus Biopharma ya había demandado a Moderna. Esta demanda se produjo después de que un tribunal federal de apelaciones rechazara en diciembre la impugnación de Moderna de las patentes pertenecientes a Arbutus Biopharma. Moderna inicialmente impugnó las patentes ante la Junta de Apelaciones y Juicios de Patentes de Estados Unidos. La junta estuvo de acuerdo con Moderna en que algunas partes de una de las patentes no eran válidas, pero por lo demás estaban del lado de Arbutus.
Hace unos meses, Alnylam Pharmaceutical volvió a acusar a Pfizer y Moderna de infringir su nueva patente. En esta ocasión, la demanda alegó que los sistemas de administración de ARN mensajero de las vacunas de Pfizer y Moderna violan una patente de Alnylam sobre la tecnología de nanopartículas lipídicas (LNP) para administrar material genético en células humanas. La Oficina de Marcas y Patentes de Estados Unidos emitió la patente el mismo día que Alnylam presentó las quejas.
Hace unas semanas, la biotecnológica alemana CureVac presentó también una demanda en Alemania contra su rival BioNTech, que produce la vacuna contra la Covid-19, y dos filiales por violación de patentes en relación con la tecnología de ARN mensajero (ARNm). Ahora ha sido Moderna quién ha cargado contra la compañía quién no ha tardado en defenderse ante estas nuevas acusaciones de plagio: "El trabajo de BioNTech es original, y nos defenderemos enérgicamente contra todas las acusaciones de infracción de patentes".
"Es un hecho desafortunado, pero bastante habitual, que otras empresas aleguen que un producto de éxito infringe potencialmente sus derechos de propiedad intelectual, más aún en este caso después de ser testigos de los logros históricos de una vacuna como la nuestra", remachan desde la compañía.
En octubre de 2020, Allele Biotechnology and Pharmaceuticals también se enfrentó a ambas compañías por supuestamente usar su proteína fluorescente mNeonGreen para probar su vacuna.