En los últimos meses, las empresas de cigarrillos electrónicos están bajo la sospecha de las autoridades sanitarias quienes han desaconsejado el uso de estos sistemas por perjudicar la salud de los fumadores.
Entre las compañías que han estado en el centro de la polémica está Philip Morris, quien ha sido acusada en varias ocasiones de que sus cigarrillos electrónicos contienen sustancias nocivas.
Ahora, tras las acusaciones, se ha desatado la guerra entre la compañía y Corea del Sur. De hecho, Philip Morris ha presentado una demanda contra el gobierno de Corea del Sur exigiendo la rectificación de una información divulgada sobre que sus cigarrillos electrónicos contienen sustancias nocivas.
Las autoridades sanitarias insisten en que el nuevo dispositivo electrónico de Philip Morris debería estar sujeto a las mismas restricciones publicitarias que el tabaco convencional
Precisamente, el Ministerio de Seguridad Alimentaria y Medicamentos de Seúl dijo el pasado mes de junio después de un estudio que se encontraron hasta cinco sustancias cancerígenas en los dispositivos de fumar y el nivel de alquitrán descubierto en dos productos, incluido el iQOS Philip Morris.
Por su parte, la compañía continúa insistiendo en que sus dispositivos electrónicos tienen menos probabilidades de causar enfermedades que los cigarrillos tradicionales y asegura que el estudio del gobierno se centró erróneamente en el alquitrán, que solo se aplica al humo creado por los cigarrillos convencionales, mientras que los dispositivos electrónicos no generan humo.
De igual modo, a finales del pasado mes de agosto, el Gobierno de Israel también prohibió la importación y venta de cigarrillos electrónicos fabricados por Juul Labs, una empresa con sede en Silicon Valley (Estados Unidos), porque su contenido de nicotina es "un grave riesgo para la salud pública".