La fundadora de Theranos, Elizabeth Holmes, acusada de construir una empresa fraudulenta basada en promesas de tecnología revolucionaria, ha regresado al estrado en su juicio por más de una docena de cargos de fraude.
Tal y como ha informado The Wall Street Journal, Holmes optó por un testimonio revelador en el que intentó refutar la mayor cantidad posible de reclamos hechos contra ella y su compañía, pero, al hacerlo, admitió que muchas de las prácticas que la fiscalía ha argumentado “se realizaron para engañar a inversionistas, socios y pacientes”.
Por un lado, reconoció ser responsable de agregar los logotipos de las compañías farmacéuticas a los memorandos presentados a los inversores de Walgreens y Theranos. Anteriormente en el juicio, según el medio citado, “muchos de esos destinatarios aseguraron que la presencia de los logotipos los llevó a creer que Pfizer y Schering-Plough habían validado la tecnología de análisis de sangre de Theranos”.
De hecho, como han testificado científicos de ambas farmacias, después de realizar estudios de los dispositivos de Theranos, “no pudieron autenticar la tecnología y procedieron a recomendar que sus empresas suspendieran todo el trabajo con la startup, y no dieron permiso para que sus logotipos fueran adjunto a los informes de laboratorio”.
Holmes podría ser condenada a 20 años de prisión si es hallada culpable de los cargos de fraude que se le imputan en relación a su empresa Theranos
La fiscalía ha calificado esto como “un excelente ejemplo del supuesto patrón de Holmes de engañar a los inversores para convencerlos de que inviertan casi 1.000 millones de dólares (891,2 millones de euros) en la empresa”. En su declaración este martes, según FierceBiotech, Holmes dijo que agregó los logotipos “con buena intención”, ya que, reiteró, “el trabajo descrito en los memorandos se había realizado junto con las compañías farmacéuticas”.
También discutió la decisión de cambiar los analizadores comerciales de Siemens en lugar de los dispositivos de sobremesa Theranos Edison y MiniLab, que, según la compañía, podrían realizar cientos de pruebas de laboratorio utilizando solo unas pocas gotas de sangre.
Desde entonces, los documentos de la empresa y los testimonios judiciales han demostrado que las máquinas solo pudieron realizar un máximo de 12 pruebas a la vez. Debido a esto, cuando Walgreens recurrió a Theranos para llevar su tecnología de análisis de sangre aparentemente “milagrosa” a las clínicas, la startup recurrió a las máquinas Siemens para realizar las pruebas, incluso cuando Holmes sostuvo que la tecnología de Theranos era capaz de hacer lo que prometía la compañía.
LA COMPAÑÍA ALTERÓ LOS DISPOSITIVOS SIEMENS
La decisión de mantener el intercambio de dispositivos en secreto, argumentó, se tomó no para engañar a Walgreens sobre las habilidades de Theranos, sino para proteger el "secreto comercial de las alteraciones que habían hecho a los analizadores de Siemens”, según The New York Times.
También culpó a Walgreens por el hecho de que Theranos necesitaba traer analizadores externos, alegando que la cadena de farmacias cambió de opinión acerca de ejecutar una muestra a la vez en las máquinas de Theranos en sus clínicas, en lugar de pedirle a Theranos que analizara varias muestras a la vez en sus propios laboratorios.
Debido a que las máquinas Edison y MiniLab no pudieron hacer eso, “la compañía alteró los dispositivos Siemens para que pudieran ejecutar pruebas en las diminutas cantidades de sangre características de Theranos”.
En este sentido, Holmes dijo que solo le informaron a la Agencia del Medicamento de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) sobre el cambio, “no a Walgreens ni a ningún otro socio o inversionista”.
En respuesta a las afirmaciones de Holmes, un exempleado de Walgreens ha asegurado que “la cadena no cambió de opinión sobre las pruebas en la clínica o en el laboratorio por capricho”.
En cambio, ha señalado, “los abogados de Walgreens les advirtieron que no aceptaran las afirmaciones de Theranos de que sus dispositivos podrían instalarse en farmacias sin requerir supervisión regulatoria”.