El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha acusado a más de 600 personas, entre ellas 165 médicos, enfermeros y demás profesionales sanitarios, de un presunto fraude de 2.000 millones de dólares al sistema de salud pública y por contribuir, en algunos casos, a la epidemia de opiáceos.
El sistema de fraude consistía en realizar solicitudes a distintos programas sanitarios públicos y seguros privados para recibir tratamientos innecesarios que a menudo eran rechazados.
Más de 162 acusados, entre ellos 76 médicos, habrían participado en la prescripción y distribución de opiáceos y otros narcóticos peligrosos
Precisamente, más de 162 acusados, entre ellos 76 médicos, habrían participado en la prescripción y distribución de opiáceos y otros narcóticos peligrosos.
En muchos casos, según ha informado el Departamento de Justicia estadounidense, los reclutadores de pacientes, beneficiarios y otros de los conspiradores recibían pagos en efectivo a cambio de ofrecer información a los proveedores de forma que pudieran entonces elaborar las facturas falsas.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, más de 42.000 personas murieron por sobredosis de opiáceos en Estados Unidos en 2016.