El coronavirus chino ha causado alarma mundial y los fabricantes de medicamentos que compiten por encontrar una vacuna o un tratamiento efectivo para el virus han advertido de que aún “queda un largo camino por recorrer”.
Según ha informado Reuters, los costes de inversión para las vacunas podrían alcanzar los 800 millones de dólares (727 millones de euros) en un proceso que, incluso si se acelera, probablemente tomará más de un año hasta su aprobación.
El virus ya ha provocado la muerte de 565 personas y, según los últimos datos oficiales, son ya 28.340 las personas contagiadas.
Las compañías que desarrollan tratamientos para pacientes que ya están enfermos pueden obtener la aprobación de un medicamento más rápido que de una vacuna que se administraría a personas sanas. Es por ello que los desafíos para garantizar que las terapias sean efectivas y después aumentar la producción aún permanecen.
A principios de esta semana, un grupo de investigadores anunció que pondrá en práctica en China un ensayo clínico con el medicamento para el virus del ébola de Gilead, Remdesivir, que ya ha mostrado cierta efectividad contra el coronavirus en un paciente infectado en Estados Unidos.
El virus ya ha provocado la muerte de 565 personas y, según los últimos datos oficiales, son ya 28.340 las personas contagiadas
La compañía farmacéutica ha proporcionado Remdesivir para su uso en un pequeño número de pacientes contagiadados por el 2019-nCoV (nombre provisional del coronavirus de Wuhan) para tratamiento de emergencia en ausencia de opciones de tratamiento aprobadas.
No obstante, ahora se necesitan ensayos controlados aleatorios para determinar la seguridad y la eficacia del medicamento.
Asimismo, las plataformas de vacunas más nuevas, como la desarrollada por Moderna, permiten a los científicos crear una vacuna potencial en un tiempo récord solo con el conocimiento del código genético del nuevo coronavirus.
Con el código genético, los científicos pueden comenzar el desarrollo de la vacuna sin necesidad de una muestra del virus.
En este sentido, Anthony Fauci, director de los Institutos Nacionales de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, ha indicado que la agencia está haciendo lo posible para desarrollar un candidato a vacuna y se espera tener una vacuna disponible para las pruebas de seguridad iniciales dentro de dos meses y medio o tres desde el momento en que los científicos determinaron la secuencia genética del virus.