En la década de los 90 Europa se asentaba como principal fuerza en investigación y desarrollo biomédico a nivel mundial, desde entonces han ido perdiendo peso y reduciendo la inversión en I+D, lo que ha provocado que otros países como Estados Unidosy China hayan cogido la delantera. Según refleja un reciente informe de la Federación de la Industria Farmacéutica Europea (Efpia), en cifras, Europa ha perdido el 25% de su peso en I+D biomédica en las últimas dos décadas.
Una tendencia que se repite en el caso de la investigación clínica, según apuntan desde Farmaindustria, del total de ensayos clínicos iniciados en 2021 en el mundo, cerca del 30% pertenecían a países de Asia, seguidos del 27% de Estados Unidos y 23% de Europa. Porcentajes que junto con el aumento del 10% en la última década de países como China y Corea del Sur, muestran un claro cambio que también se produce en la producción de APIs.
Estos datos sobre el incremento de la importancia de Estados Unidos y Asia forman parte del vídeo elaborado por Farmaindustria con la mirada puesta en la futura Estrategia Farmacéutica Europea, con la idea de mostrar los puntos que necesitan mejorar en el ámbito sanitario. Esta supondrá una gran inversión en la legislación farmacéutica, que también será la primera en 20 años, que marcará el futuro del sector en las próximas décadas
Del total de ensayos clínicos iniciados en 2021 en el mundo, cerca del 30% pertenecían a países de Asia, seguidos del 27% de Estados Unidos y 23% de Europa
En cuanto al objetivo de la nueva regulación, se centra en mejorar la disponibilidady el acceso a todos los ciudadanos europeos a los medicamentos y aumentar la competitividady la innovación sin perder de vista la sostenibilidad de los sistemas sanitarios. Farmaindustria califica este panorama como una “oportunidad única” para garantizar que la región pueda beneficiarse de la vanguardia en I+D, responder a las necesidades de los pacientes europeos, y volver a ser líder mundial como en los noventa.
En el caso de desaprovechar esta oportunidad, podría llegar a ponerse en riesgo el avance y la recuperación de Europa al mismo tiempo que se traslada la I+D a otros países. Algo que ya está ocurriendo en las terapias avanzadas utilizadas para enfermedades graves e incluso algunos tipos de cáncer. Tratamientos innovadores en los que el número de ensayos clínicos en Europa es tres veces menor que en China y la mitad que Estados unidos.