El EpiPen, un salvavidas inalcanzable: el precio de vivir con alergias graves en Estados Unidos

El coste de este dispositivo esencial para tratar reacciones alérgicas graves ha aumentado un 500% en menos de una década, dejando a muchas familias enfrentándose a decisiones económicas imposibles

El EpiPen, un salvavidas con precios inalcanzables (Foto: Microsoft IA)
El EpiPen, un salvavidas con precios inalcanzables (Foto: Microsoft IA)
José Iborra
28 febrero 2025 | 07:00 h
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En los últimos años, el coste de los EpiPens, dispositivos esenciales para tratar reacciones alérgicas graves, se ha convertido en un tema crítico en el debate sobre la accesibilidad de los medicamentos en Estados Unidos. Estas plumas autoinyectables de adrenalina, que salvan vidas al actuar rápidamente contra anafilaxis, han visto un aumento significativo en su precio, dejando a muchos pacientes y familias en una situación económica precaria.

El precio de un paquete de dos EpiPens aumentó de unos 100 dólares (95,88 euros) en 2007 a más de 600 dólares (575,26 euros) en 2016, lo que representa un incremento del 500%. Este aumento desmesurado provocó indignación pública y llevó a una investigación del Congreso de los Estados Unidos sobre las prácticas de fijación de precios de la empresa fabricante, Mylan. Según una reciente investigación, aunque la compañía introdujo posteriormente una versión genérica de menor coste, muchos consumidores aún enfrentan barreras económicas para acceder a este medicamento esencial.

¿QUÉ ESTÁ DETRÁS DEL AUMENTO DE PRECIOS?

El aumento del precio de los EpiPens no está vinculado directamente a los costes de producción. Según varios estudios, el coste del componente activo, la epinefrina, es sorprendentemente bajo, situándose por debajo de un dólar por dispositivo. Esto contrasta con el excesivo precio de venta al público.

Este incremento se debe, principalmente, a las dinámicas del mercado de medicamentos genéricos en Estados Unidos. Durante años, Mylan mantuvo una posición dominante gracias a la ausencia de competidores directos, lo que le permitió fijar los precios sin enfrentar restricciones derivadas de la competencia, dejando a los consumidores con pocas alternativas.

Además, las complejidades del sistema de salud estadounidense, que incluye intermediarios como las aseguradoras y los gestores de beneficios farmacéuticos, han contribuido a la falta de transparencia en la fijación de precios.

La realidad es que, como siempre acaba ocurriendo, el acceso limitado a los EpiPens tiene consecuencias graves exclusivamente para los pacientes que viven con alergias potencialmente mortales. De esta manera, sufrir anafilaxis, una reacción alérgica severa que puede ser desencadenada por alimentos, picaduras de insectos o reacciones a medicamentos, se vuelve potencialmente mortal sin un EpiPen a mano.

"En los últimos años se han vuelto virales historias de familias que han tenido que racionar el uso de EpiPens"

Como consecuencia, en los últimos años se han vuelto virales historias de familias que han tenido que racionar el uso de EpiPens o buscar alternativas más baratas en el extranjero son comunes. Para muchas familias, especialmente aquellas sin un seguro adecuado, el coste de un dispositivo suele ser alto, obligándolas a tomar decisiones difíciles entre comprar medicamentos o cubrir otras necesidades básicas.

En respuesta a la indignación pública, Mylan lanzó una versión genérica de su EpiPen a un precio inicial de 300 dólares (287,63 euros), “toda una ganga”, debieron pensar desde el equipo directivo de la compañía. Sin embargo, la realidad es que esta se ha convertido en una reducción aún inasequible para muchos. Aunque el debate continúa, los fabricantes se escudan en que los altos precios son necesarios para financiar la I+D de nuevos medicamentos, mientras los críticos destacan que las grandes beneficios de estas empresas a menudo afectan negativamente a los pacientes más vulnerable.

No obstante, con el paso de los años, otros fabricantes han empezado a desarrollar dispositivos similares, aumentando la competencia en el mercado. A pesar de ello, los desafíos regulatorios y las barreras de entrada han limitado la velocidad a la que estas alternativas han llegado a los pacientes.

Miles de pacientes, organizaciones y legisladores han comenzado a abogar por políticas que mejoren la accesibilidad y la transparencia

Ante este gran problema para la salud de cientos de miles de pacientes, organizaciones y legisladores han comenzado a abogar por políticas que mejoren la accesibilidad y la transparencia en el mercado de medicamentos. Algunas propuestas incluyen limitar los incrementos de precios, fomentar la producción de genéricos y aumentar la supervisión gubernamental de los fabricantes de medicamentos.

La controversia también destaca las desigualdades del sistema de salud estadounidense en comparación con otros países, donde los medicamentos esenciales suelen tener precios más regulados. En este contexto, el precio del EpiPen se convierte en un símbolo de los desafíos más amplios en torno a la accesibilidad a los medicamentos en Estados Unidos. Aunque se han dado algunos pasos hacia la mejora de la situación, todavía queda mucho por hacer. Los pacientes, defensores de los derechos de la salud y legisladores continúan presionando para que el sistema de fijación de precios de medicamentos sea más equitativo y transparente.

El debate sobre los EpiPens es, en última instancia, una cuestión de vida o muerte para millones de personas que dependen de estos dispositivos para mantenerse a salvo. Resolver este problema no solo aliviaría la carga económica de las familias afectadas, sino que también sentaría un precedente importante en la lucha por un sistema de salud más justo y accesible para todos.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.