El Gobierno de Israel ha prohibido este martes la importación y venta de cigarrillos electrónicos fabricados por Juul Labs, una empresa con sede en Silicon Valley (Estados Unidos), porque su contenido de nicotina es "un grave riesgo para la salud pública". Según informa la agencia de noticias Reuters, el Ministerio de Salud israelí ha indicado en una declaración que estos dispositivos fueron eliminados de circulación porque contenían una concentración de nicotina superior a 20 miligramos por mililitro.
Por su parte, Juul Labs ha señalado, a través de un comunicado de prensa, que estan "francamente decepcionados" con lo que han calificado como una "decisión equivocada" del Ejecutivo del país. De hecho, la compañía americana ha anunciado que se está planteando apelar la decisión y ha asegurado que sus sistemas proporcionan a los fumadores "una alternativa eficaz a los cigarrillos tradicionales".
La prohibición de Israel se suma al rechazo internacional de los especialistas a los nuevos sistemas que están emergiendo en contraposición del tabaco tradicional. Tanto es así que la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) ha mostrado a lo largo de 2018 su repulsa a dispositivos como IQOS (por sus siglas en inglés I Quit Ordinary Smoking) de la tabacalera Philip Morris.
"IQOS también contiene sustancias tóxicas, y es tan adictivo y nocivo como el tabaco para todos aquellos que lo consumen"
La sociedad científica que preside Carlos Jiménez Ruiz remite a diversos artículos científicos en donde se pone de manifiesto que este sistema "también contiene sustancias tóxicas, y es tan adictivo y nocivo como el tabaco para todos aquellos que lo consumen".
Esta misma semana, un equipo de investigadores del Masonic Cancer Center de la Universidad de Minnesota ha demostrado que los cigarrillos electrónicos pueden modificar el material genético en las células de la cavidad oral, lo que podría aumentar las posibilidades de sufrir cáncer.
"Hay más carcinógenos derivados de la combustión del tabaco en los cigarrillos comunes que en el vapor de los cigarrillos electrónicos. No obstante, no sabemos con precisión cuál es el impacto de inhalar la combinación de compuestos producidos por este dispositivo. Solo porque las amenazas sean diferentes no significa que los cigarrillos electrónicos sean completamente seguros", recuerda Silvia Balbo, una de las científicas que ha participado en el trabajo.