El gobierno de Estados Unidos ha abierto una investigación contra la compañía Eli Lilly por presuntas malas prácticas en sus fábricas.
Tal y como ha informado Reuters, el Departamento de Justicia ha comenzado una investigación criminal contra la farmacéutica por presuntas prácticas inapropiadas e irregularidades en varias de sus plantes de producción.
Desde hace más de un año, la planta de Eli Lilly en Branchburg ha estado bajo la lupa de los reguladores, concretamente de la Agencia del Medicamento de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés).
Anteriormente, Lilly señaló que había contratado a un abogado externo para realizar una investigación independiente de ciertas acusaciones relacionadas con su planta de Branchburg.
Los empleados acusaron a un ejecutivo de la fábrica de alterar documentos requeridos por la FDA para restar importancia a los problemas
"Lilly está profundamente comprometida con la fabricación de medicamentos de alta calidad para los pacientes que los necesitan, y la seguridad y la calidad de nuestros productos es nuestra máxima prioridad", ha declarado la compañía a Reuters.
La investigación del Departamento de Justicia sigue a un informe publicado el pasado mes de marzo que recogía que un oficial de recursos humanos de Lilly alegó que la habían obligado a dejar su trabajo en la fábrica después de realizar investigaciones internas de las quejas de los empleados sobre fallas de fabricación, registros falsificados y escasez de personal.
En abril, los empleados acusaron a un ejecutivo de la fábrica de alterar documentos requeridos por la FDA para restar importancia a los problemas.
No obstante, la compañía ha reiterado que ninguno de los problemas señalados por los inspectores de la FDA afectó la calidad de los medicamentos entregados a médicos y pacientes. Lilly también ha negado haber tomado represalias contra ningún empleado.