La cumbre del Consejo Europeo, celebrada el 27 y 28 de junio sirvió para que los líderes de la Unión Europea (UE) dieran un paso clave para el futuro con la adopción oficial de la Agenda Estratégica 2024-2029. Una hoja de ruta ambiciosa que marca las prioridades de la UE para el próximo mandato y que representa un avance significativo en el fortalecimiento de su posición en el panorama global.
Entre los principales sectores en los que se quiere focalizar la UE se encuentra la industria farmacéutica. Un ámbito en el que tratarán de recuperar ese liderazgo en innovación que ahora mismo ostenta Estados Unidos, seguida de China y que deja en tercer lugar a Europa. Una caída de protagonismo que está influenciada por cuestiones como la reducción de inversión en investigación y desarrollo (I+D), por un marco regulador fragmentado y la falta de atractivo para el talento.
Ante el anuncio del Consejo Europeo, la directora general de la Federación Europea de Asociaciones de la Industria Farmacéutica (EFPIA, por sus siglas en inglés), Nathalie Moll, ha valorado muy positivamente la Agenda 2024-2029. “Nos complace ver que los líderes de la UE se alinean sobre la necesidad de un nuevo acuerdo de competitividad y sobre la importancia de la salud y los productos farmacéuticos como sectores clave para el futuro de Europa”, resalta en el comunicado.
“Compartimos los objetivos de la Agenda Estratégica de reducir la carga regulatoria para atraer inversiones y aumentar el atractivo de nuestra región para lanzar medicamentos"
Moll ha mencionado también la “pérdida de la corona" de Europa frente a Estados Unidos como líder mundial en innovación farmacéutica desde el año 2000. Un panorama que puede verse alterado con el comienzo de este nuevo mandato en la UE, “el enfoque en la competitividad de la Agenda Estratégica nos brinda la oportunidad de restaurar el liderazgo de Europa en las ciencias de la vida”, indica.
La postura de la directora general de la EFPIA coincide precisamente con el documento presentado recientemente por la organización sobre una estrategia de competitividad para las ciencias biológicas europeas. Una iniciativa que se divide en cinco pilares estratégicos que pueden ayudar a Europa a adoptar un enfoque nuevo. “Compartimos los objetivos de la Agenda Estratégica de reducir la carga regulatoria para atraer inversiones y aumentar el atractivo de nuestra región para lanzar medicamentos", asegura Moll, que además añade que durante los próximos meses pretenden debatir su visión con las instituciones de la UE para trabajar juntos en la búsqueda de “una Europa más saludable, más competitiva y resiliente”.
CINCO PILARES ESTRATÉGICOS
Uno de los puntos en los que hace especial hincapié la EFPIA en su reclamación es que, ante un entorno legislativo y fragmentado en el que existen políticas contradictorias e incoherentes es necesario poner en marcha una oficina específica que oriente y coordine la formulación de políticas que tengan la visión de hacer de nuevo a Europa un líder mundial en ciencia, innovación y fabricación moderna. Lo que se traduce en un regulador que alinee las políticas que afecten al sector, que desarrolle controles de competitividad y que optimice la regulación para promover plazos de aprobación más rápidos.
En esta misma línea, la organización explica que para competir con los principales centros estadounidenses, como Boston o San Francisco, la estrategia europea debe fomentar agrupaciones biotecnológicas y farmacéuticas competitivas, además de apoyar y retener a las empresas emergentes y fortalecer el capital de riesgo europeo. “Deberían garantizar que los programas marco de la UE puedan incentivar asociaciones con empresas grandes y pequeñas, así como asociaciones para la seguridad sanitaria europea y los derechos de propiedad intelectual”.
“Permitirá a Europa estar a la altura de las ambiciones del marco regulatorio propuesto en la revisión de la Legislación Farmacéutica General, haciendo que la región sea más atractiva para lanzar medicamentos"
Vista la parte legislativa y la importancia de apoyar a las compañías europeas, la EFPIA menciona la necesidad de contratar y retener a los mejores profesionales de la mano de unas infraestructuras óptimas para que puedan desarrollar su carrera. Para ello destaca el desarrollo de ecosistemas de ensayos clínicos armonizados; la mejora de la educación en materias científico-técnicas; y la promoción del uso de datos sanitarios para impulsar la I+D y la fabricación de tecnologías sanitarias.
Como cuarto pilar clave de la estrategia de competitividad, la organización europea señala al reconocimiento del gasto sanitario como una inversión de futuro, protegiendo los presupuestos sanitarios y apoyando estrategias financiación de mejoras de infraestructuras, prevención, digitalización, condiciones marco nacionales y prácticas verdes.
Por último, la EFPIA menciona a la agencia reguladora más importante de Europea, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés). Resaltando que la garantía de financiación y recursos sólidos “permitirá a Europa estar a la altura de las ambiciones del marco regulatorio propuesto en la revisión de la Legislación Farmacéutica General, haciendo que la región sea más atractiva para lanzar medicamentos y que la EMA sea líder en el establecimiento de estándares regulatorios a nivel internacional”, indican en su propuesta.