Un mayor acceso a la vacuna contra el coronavirus y las variantes están afectando a los anticuerpos Covid-19 de Eli Lilly, que reflejaron una caída en las ventas en los últimos tres meses del año.
Concretamente, tal y como ha informado FiercePharma, los anticuerpos contra el Covid-19 de Lilly arrasaron con 148,9 millones de dólares (125,4 millones de euros) durante el trimestre, una caída del 82% con respecto a los 810,1 millones de dólares (682,2 millones de euros) que los medicamentos generaron durante el primer trimestre de este año.
Estas caídas se vieron reflejadas tanto en las ventas de bamlanivimab, como en el tratamiento combinado de Lilly que combina ese medicamento con etesevimab.
Y es que, pese a la rápida propagación de las variantes de la Covid, ninguno de los tratamientos de la compañía se están implementando en Estados Unidos.
A principios del pasado mes de abril, la Agencia del Medicamento de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) revocó su autorización para bamlanivimab después de que las mutaciones resultaran resistentes al tratamiento en solitario.
Estas caídas se vieron reflejadas tanto en las ventas de bamlanivimab, como en el tratamiento combinado de Lilly que combina ese medicamento con etesevimab
El tratamiento con anticuerpos contra el coronavirus, bamlanivimab, fue autorizado por la FDA para uso de emergencia en combinación con un segundo fármaco de Lilly para infecciones leves a moderadas en personas con alto riesgo de enfermedad grave.
Sin embargo, en marzo, los inspectores de la FDA identificaron numerosos fallos de fabricación en una segunda instalación de Lilly en Indianápolis que embotella la terapia Covid-19 y otros medicamentos. Los problemas incluían procedimientos de saneamiento y control de calidad deficientes.
Los problemas en las dos fábricas, junto con una sucesión de quejas internas en los últimos años, profundizan los problemas regulatorios, de producción y de liderazgo que enfrenta Lilly.
Además de las investigaciones de la FDA, el director financiero de la compañía renunció el pasado mes de febrero por lo que la compañía llamó "comunicaciones personales inapropiadas" con un empleado.
Por su parte, Lilly aseguró que había presentado una respuesta a la FDA sobre su reciente inspección de la planta de Indianápolis, insistiendo en que ninguno de los problemas identificados por la FDA en las plantas ha afectado la calidad de los productos lanzados al mercado.
Pero, en medio de los crecientes problemas de fabricación, la planta de Branchburg no envía nuevos lotes del medicamento Covid-19, bamlanivimab, hace casi dos meses.