En un contexto global donde la crisis de los opioides continúa causando miles de muertes cada año, resulta crucial analizar las dinámicas en las cadenas de suministro farmacéuticas que favorecen el desvío de estos medicamentos hacia mercados ilegales. Este fenómeno, conocido como "riesgo de desvío", se produce cuando productos peligrosos, como los opioides, son desviados de sus canales legales previstos hacia usos no médicos, lo que agrava los problemas de adicción y sobredosis.
En este sentido opioides, recetados para tratar el dolor, son uno de los productos farmacéuticos más vulnerables al desvío. Se estima que un alto porcentaje de las dosis prescritas no se consume, acumulándose en hogares sin medidas de seguridad adecuadas. Según los datos citados en un estudio que analiza los datos de entre el 67% y el 90% de los pacientes no toman la totalidad de las dosis recetadas, y hasta un 77% de estos medicamentos se almacenan en lugares accesibles, como armarios no cerrados con llave. Este exceso crea un "pool distribuido" de productos susceptibles al robo, fraude o reventa en mercados ilícitos.
Si bien las empresas farmacéuticas son el origen de estos productos, el problema del desvío también involucra a farmacias y distribuidores. La falta de controles rigurosos en el momento de la dispensación o la venta a personas sin una necesidad médica legítima son ejemplos de cómo otros eslabones de la cadena contribuyen al problema.
Si bien es cierto que la responsabilidad inicial recae en las farmacéuticas por no implementar mecanismos de control efectivos desde el origen del suministro, según el informe, se observan cómo ciertas características organizativas y estructurales de las farmacias, como la complejidad de sus bases de suministro, el tamaño de las cadenas a las que pertenecen y su modelo de propiedad, influyen significativamente en el riesgo de desvío.
"Un suministro más complejo puede actuar como una barrera frente a la supervisión efectiva"
Una de las principales conclusiones del estudio es que la complejidad de las bases de suministro incrementa el riesgo de desvío. Farmacias que trabajan con múltiples proveedores externos dificultan el monitoreo de las transacciones, haciendo que los reguladores tengan problemas para identificar patrones sospechosos. Esta dispersión en los datos también permite que las farmacias eviten sanciones al diluir responsabilidades entre numerosos actores.
"Un suministro más complejo puede actuar como una barrera frente a la supervisión efectiva", explican los autores del estudio. De esta manera, si una farmacia que obtiene productos de diez proveedores diferentes genera un volumen de transacciones que es más difícil de analizar para los reguladores, comparado con una farmacia que se abastece de un único proveedor integrado verticalmente. A nivel práctico, esta estrategia podría ser utilizada por farmacias con intenciones cuestionables para evitar sanciones mientras maximizan sus ventas de opioides, argumentan los investigadores.
El tamaño de las cadenas de farmacias también influye en el riesgo de desvío, aunque de manera compleja. Por un lado, el estudio muestra que las farmacias pertenecientes a grandes cadenas generan mayor riesgo de desvío en comparación con las independientes o las que forman parte de cadenas más pequeñas. Sin embargo, el aumento en su tamaño puede reducir el riesgo de desvío. Esto ocurre porque las cadenas más grandes suelen implementar sistemas de control internos más estrictos y centralizados tras adquirir nuevas farmacias.
Por otro lado, el modelo de propiedad también juega un papel importante. Según los hallazgos del estudio, las farmacias sin ánimo de lucro tienden a generar menos riesgo de desvío que sus contrapartes con fines de lucro. Esto se debe a que las organizaciones sin ánimo de lucro suelen priorizar el bienestar comunitario sobre las ganancias, adoptando prácticas más rigurosas en el cumplimiento de normativas y la seguridad del paciente.Además, los autores señalan que este efecto positivo está mediado por la simplicidad de sus cadenas de suministro. Las farmacias sin ánimo de lucro tienden a trabajar con menos proveedores, lo que reduce la complejidad y, por ende, el riesgo de desvío.
Las farmacias sin ánimo de lucro tienden a generar menos riesgo de desvío que sus contrapartes
El estudio tiene implicaciones claras para las políticas regulatorias. Los investigadores instan a las autoridades a reforzar la supervisión no solo a nivel de individuos, como farmacéuticos o médicos, sino también a nivel corporativo. En este sentido, la complejidad de las cadenas de suministro y el tamaño de las cadenas deben ser considerados factores críticos en el diseño de nuevas normativas.
Además, sugieren que los sistemas regulatorios deben enfocarse en reducir las oportunidades de desvío mediante una supervisión más estricta de las bases de suministro y sanciones más contundentes para las organizaciones que adopten prácticas cuestionables.
En este sentido, actualmente las autoridades trabajan para implementar políticas más efectivas, los investigadores abogan por una mayor responsabilidad corporativa dentro de la industria farmacéutica. Solo mediante un enfoque integral que combine la regulación, la ética corporativa y la educación comunitaria será posible reducir el impacto de esta crisis en el largo plazo. "Solo una acción coordinada a nivel individual y corporativo puede abordar los problemas sistémicos que caracterizan la industria farmacéutica", concluye los investigadores.