Aún no se habían aprobado las primeras vacunas contra el coronavirus cuando los países desarrollados comenzaron a cerrar acuerdos de compra anticipada asegurándose millones de dosis para inmunizar a toda la población. Sin embargo, por temor a quedarse cortos, ahora, les han sobrado millones.
Aunque la campaña de vacunación comenzó en muchos países desarrollados a finales de 2020, no fue hasta mediados de 2021 cuando se empezaron a donar las primeras dosis a los países pobres. Según las estimaciones de Airfinity, desde junio de 2021 hasta junio de este año han caducado más de 1.100 millones dosis de vacunas en todo el mundo.
En concreto, el análisis cifra en un 10% la tasa de desperdicio. La organización ha basado esta estimación en la tasa de desperdicio de Estados Unidos registrada desde junio de 2021 y en informes públicos y, a su vez, teniendo en cuenta una vida útil de las vacunas de seis meses.
La mayoría de estos informes no especifican qué tipo de vacuna se ha desperdiciado. No obstante, Airfinity cita a la rusa Sputnik V, que se posiciona como la vacuna de la que más dosis se han desperdiciado con más de 25 millones. Le sigue la de AstraZeneca con 19 millones de dosis caducadas.
La rusa Sputnik V se posiciona como la vacuna de la que más dosis se han desperdiciado con más de 25 millones de dosis
El director de análisis de Airfinity, Matt Linley, señala que pese a los esfuerzos de los países para evitar el desperdicio, “cierto grado es inevitable”. A su juicio, esto se debe a que las vacunas en viales grandes de dosis múltiples “pueden hacer que las eficiencias sean más desafiantes”. Así como, añade, el almacenamiento en cadena de frío y la predicción de la demanda diaria o simplemente la rotura de un vial o que se deje fuera demasiado tiempo.
Por su lado, las vacunas en viales de dosis única tienen una vida útil más larga, que se pueden transportar y almacenar más fácilmente “El acuerdo más reciente de Pfizer y BioNTech con Estados Unidos incluye dosis únicas, una novedad para la vacuna Covid-19 y una estipulación que esperamos que otros países repitan”, augura.
En este sentido, el CEO y cofundador de Airfinity, Rasmus Bech Hansen, indica que si bien el desperdicio no es deseable, "es el resultado de una producción de vacunas sin precedentes que ha salvado millones de vidas". "La protección de la vacuna contra la Covid-19 disminuye con el tiempo y las dosis de refuerzo seguirán siendo la mejor manera para proteger a los vulnerables", reitera. "Si queremos un sistema mundial de vacunas que reaccione rápidamente, tendremos que aceptar cierto nivel de dosis desperdiciadas", subraya.
"Si bien el desperdicio no es deseable, es el resultado de una producción de vacunas sin precedentes que ha salvado millones de vidas"
En general, para todas las vacunas, el consorcio de empresas, fundaciones y entidades públicas 'GAVI, The Vaccine Alliance', recomendó a los países que apunten a una tasa máxima de desperdicio del 25% durante el primer año, con una reducción gradual al 15% para el tercer año. Para las vacunas en viales de dosis única o de dos dosis, el objetivo máximo permitido de desperdicio es del 5%.
En el caso de las vacunas Covid-19, GAVI Alliance estimó que la tasa de desperdicio podría ser del 10%. Mientras tanto, según los informes limitados de dosis de vacunas contra la Covid-19 desperdiciadas en los países, “la tasa de desperdicio oscila entre el 1 y el 7%”, lo que apunta a “una posible subnotificación significativa, ya que la mayoría de las vacunas contra el coronavirus se encuentran en viales de dosis múltiples”.