En el año 2023, los despidos se han convertido en una estrategia predominante para las compañías del sector farmacéutico que buscan reducir costes y ajustar sus estructuras financieras frente a un entorno económico desafiante. Esta tendencia ha continuado en 2024, afectando a grandes y pequeñas empresas por igual.
Entre las empresas más destacadas en implementar estos recortes se encuentra Pfizer, quien, desde el último trimestre de 2023, ha anunciado una serie de despidos significativos. En los anteriores trimestres de ese mismo año la empresa registró una caída del 41,65% por lo que se vio obligada a tomar medidas drásticas para enfrentar la caída en sus ingresos y el valor de sus acciones.
Tras informar en el mes de octubre del cierre de sus instalaciones en Peapack, Nueva Jersey, a principios de 2024, se calculó que habrían 791 puestos afectados, como expone la "gran mayoría" de los trabajadores serán reasignados a la sede de Pfizer en Nueva York. Poco después de esta noticia, la farmacéutica ha comunicado el despido de aproximadamente 200 personas en su planta de Michigan influenciado por el desplome del interés de su Covid-19 Comirnaty y el antiviral Paxlovid.
Además, la empresa eliminó aproximadamente 500 puestos y sus capacidades de moléculas pequeñas de ciencias farmacéuticas (PSSM) en la fábrica ubicada en Sandwich en Kent, según confirmó un portavoz de la compañía por correo electrónico a Fierce Pharma como consecuencia del programa de realineación de costos.
En el primer trimestre de 2024 se produjeron 57 rondas de despidos en el sector biotecnológico
Sin embargo, esta ola de despidos no se limitó solo a Pfizer. Otras empresas del sector biotecnológico también han comenzado a implementar recortes de personal como parte de sus estrategias de ahorro. Durante el primer trimestre de 2024 se produjeron 57 rondas de despidos en el sector biotecnológico, lo que supone un incremento del 50% en comparación con los datos del año 2022.
En el segundo trimestre despidieron a 7.616 trabajadores del sector biotecnológico, tras haberse registrado un total de 38 rondas de despidos. Concretamente, en este segundo trimestre mayo ha sido el mes con más despidos, con un total de 20 rondas, seguido de las 12 rondas de abril y solo 6 en junio.
Las empresas biotecnológicas, que tradicionalmente han dependido de fuertes inversiones en I+D, ahora se ven obligadas a equilibrar sus presupuestos mediante recortes de personal y la optimización de sus operaciones. Estas medidas reflejan un esfuerzo generalizado en la industria biotecnológica por enfrentar las presiones económicas y mantener la competitividad en un mercado cada vez más complejo y cambiante.
Concretamente, vemos como otras compañías farmacéuticas han adoptado esta estrategia de como forma de reducir costos y mejorar su eficiencia operativa. Entre estas empresas se encuentra Takeda quien en mayo de este año anunció la campaña de reorganización de deuda de 830 millones de euros para compensar la caída de las ganancias y el aumento de las ventas de genéricos de su competidor Vyvanse. Es por ello que anunció el despido de 495 empleados de su sede en Massachusetts, y 146 en el campus de Lexington.
Por otro lado tenemos a Fujifilm Diosynth quien ante la falta de inversión en los campos de la terapia celular y génica ha anunciado reestructurando su unidad de negocios de pequeña escala de manera global. Las consecuencias de este procedimiento podrían provocar el despido de hasta 240 empleados de diferentes plantas de Reino Unido y Estados Unidos.
Por último, tenemos el caso de AGC Biologics quien ha enfrentado desafíos financieros que han llevado a la reducción de puestos en sus instalaciones de Seattle y Colorado, afectando a aproximadamente 100 empleados, lo que representa casi un 4% de su fuerza laboral. Este ajuste esta relacionado con que la matriz japonesa, AGC Inc., reportó una caída del 7% en las ventas del primer trimestre del año fiscal 2024 debido a la menor demanda de productos relacionados con Covid-19 y la disminución de inversiones en biotecnología.