La compañía farmacéutica más grande de Japón, Takeda, ya se ha enfrentado a acusaciones sobre la utilización ilegal de "intereses de demora" para hacer retroceder la competencia del medicamento contra el estreñimiento, Amitiza. Ahora, un grupo de compradores de medicamentos está persiguiendo a la compañía, alegando conducta ilegal en el medicamento para la gota Colcrys.
La demanda presentada esta semana ante la corte federal de Pensilvania, argumenta que los acuerdos de patentes de Takeda con Par Pharmaceutical, son una "conspiración " para protegerse ante la caída de precio en el medicamento. Los demandantes incluyen AmerisourceBergen, Cardinal Health, McKesson y varios compradores regionales de medicamentos.
En mayo de 2014, Takeda había aumentado el precio en un 5.733,33% en comparación con el costo del medicamento en 2006
Tal y como señalan los demandantes, el ingrediente activo que utilizan en este medicamento se trata de la colchicina, utilizado desde hace mucho tiempo para el tratamiento de la gota. A principios del 2000, el medicamento estaba disponible en los EE.UU. por apenas unos centavos por píldora, pero cuando la Agencia del Medicamento de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) lanzó en 2006 la “Iniciativa de Medicamentos No Aprobados", cambio todo.
Dos años más tarde, una compañía llamada Mutual Pharmaceutical presentó tres solicitudes de aprobación para colchicina dirigida a tratar la fiebre mediterránea familiar y la gota. La FDA terminó otorgando la aprobación en 2009 bajo la marca Colcrys, que en 2012, paso a ser Takeda.
Con esto, obtuvieron tres años de exclusividad reglamentaria para el tratamiento de los brotes de gota y siete años para el tratamiento de la fiebre mediterránea. Además, después de la aprobación de la FDA, se retiraron del mercado más de 20 versiones genéricas de colchicina, dejando un mercado único para la compañía. En mayo de 2014, Takeda había aumentado el precio en un 5.733,33% en comparación con el costo del medicamento en 2006, según recogen en Fierce Pharma.
UN FUTURO QUE PODRÍA HABER CAMBIADO
Además de la exclusividad regulatoria, Takeda buscó patentes estadounidenses para su medicamento, una medida que según los demandantes eran "muy débil" y estaba condenada al fracaso en los tribunales.
Al llevar los argumentos de la patente a los tribunales, Par habría podido lanzar su genérico ya en julio de 2016, según la demanda. Entonces, otros fabricantes de genéricos podrían haber entrado en la carrera seis meses más tarde, después de que caducara la ventaja de 180 días de Par como primer solicitante.
Los demandantes recalcan que estos tratos restringieron la competencia y obligaron a los demandantes a pagar "precios superiores a la competencia" por el fármaco
En lugar de tomar este camino, Takeda se encerró y desde Par firmó un acuerdo de licencia, que según apuntan en la demanda se trataba de una empresa falsa, para no lanzar un genérico autorizado de Colcrys hasta julio de 2018. Una técnica que repetirían desde Takeda con otras compañías de genéricos como Watson y Amneal. En definitiva, los demandantes recalcan que estos tratos restringieron la competencia y obligaron a los demandantes a pagar "precios superiores a la competencia" por el fármaco.