La farmacéutica estadounidense, Abbott, vuelve a estar en el punto de mira tras recibir una demanda colectiva presentada en un tribunal federal de Manhattan. En esta ocasión se les acusa por la falta de efectividad de PediaSure Grow & Gain, un batido proteico que promete mejorar y adelantar el crecimiento del niño.
Según recoge la agencia Reuters, la detonante de esta demanda es Joanne Noriega, una residente del Bronx que acusó a la compañía de fraude por no observar cambios en su nietode ochoaños que después de un año tomando dos tragos de PediaSure por día, seguía siendo bajo para su edad y además, tenía sobrepeso.
Según apuntan desde la compañía, este producto está dirigido a niños de dos a 13 años y cuenta con base científica que consigue resultados en ocho semanas
Alterada y cansada por la falta de resultados, describió a PediaSure como “una bebida de diferentes sabores hecha a base de azúcar y leche que contiene vitaminas pero no cura lo que promete”. Además, quiso subrayar que desde la compañía saben que su afirmación clínica es “falsa y engañosa”.
Por parte de Abbott, han emitido un comunicado en el que desacreditan cualquier demanda en torno a su producto para el crecimiento infantil. Aclarando que PediaSure es “una solución nutricional completa y equilibrada científicamente para ayudar a los niños a apoyar el crecimiento y el desarrollo”. Según apuntan desde la compañía, está dirigido a niños de dos a 13 años y cuenta con base científica que consigue resultados en ocho semanas.
CONTINUAS INVESTIGACIONES
Esta nueva demanda refleja un panorama de desconfianza en el que se ha visto envuelto Abbott en el último año. Una cadena de errores que le llevaron a desencadenar una gran crisis de escasez de leche para bebés o fórmula para bebés a mediados del 2022.
Abbott se encuentra en el punto de mira desde hace meses, ya que una investigación federal les relacionó con las infecciones bacterianas de cuatro bebés que habían consumido este tipo de leche. De los cuales, dos terminaron falleciendo
Todo comenzó con el cierre de su mayor planta de producción situada en Michigan y la retirada del mercado de varios lotes de sus productos por la investigación federal que les relacionó con las infecciones bacterianas de cuatro bebés que habían consumido este tipo de leche. De los cuales, dos terminaron falleciendo. La investigación reveló la presencia de cronobacter, una bacteria potencialmente mortal que puede llegar a causar una infección peligrosa de la sangre o la inflamación del revestimiento que cubre el cerebro y la médula espinal. Tras esta noticia, las retiradas y los cierres de plantas han estado a la orden del día para Abbott y siempre en el punto de mira de la Agencia del Medicamento de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés).