Cassava Sciences ha acordado pagar 40 millones de dólares (35,73 millones de euros) para resolver una investigación sobre las acusaciones que apuntaban a una serie de declaraciones engañosas sobre los datos de la fase 2b de su fármaco candidato para la enfermedad de Alzheimer.
Desde la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) presentaron una denuncia contra Cassava y dos ex ejecutivos de la biotecnológica. El caso en concreto, se centra en la publicación de datos sobre PTI-125, también conocido como ‘simufilan’, del cual la compañía informó que mejoraba la cognición hasta un 46% en comparación con el placebo.
Desde la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos presentaron una denuncia contra Cassava y dos ex ejecutivos de la biotecnológica
Entre las acusaciones de la SEC se encuentra Lindsay Burns, entonces ejecutiva de Cassava, por eliminar al 40% de los participantes de uno de los análisis. “Descartó a los pacientes con mejor y peor desempeño según los puntos de corte iniciales en todos los grupos hasta que los resultados parecieron mostrar una separación entre el grupo placebo y los grupos de tratamiento”, señalan desde la SEC.
A pesar de aceptar el pago correspondiente para resolver este caso, el director ejecutivo de Cassava, Rick Barry, ha mencionado en un comunicado que la empresa todavía tiene la esperanza de que los ensayos de la fase 3 "tengan éxito y que, después de una rigurosa revisión de la FDA, el simufilam pueda estar disponible para ayudar a quienes padecen la enfermedad de Alzheimer".