La startup israelí de tecnología de terapia de ictus, BrainQ, ha anunciado el cierre de una ronda de financiación de 40 millones de dólares (33.976.048 euros) liderada por Hanaco Ventures, junto con Dexcel Pharma y Peregrine Ventures.
Los fondos se utilizarán para respaldar el próximo ensayo fundamental multicéntrico de la compañía para sobrevivientes de accidente cerebrovascular isquémico por su tecnología innovadora en hospitales seleccionados de los Estados Unidos, así como para continuar construyendo su infraestructura hacia un plan de comercialización.
A principios de este año, BrainQ anunció que había recibido la designación de dispositivo innovador de la FDA por su terapia de ictus en investigación, que brinda a la compañía la oportunidad de trabajar en estrecha colaboración con la FDA para acelerar los planes de desarrollo y la autorización previa a la comercialización, así como el acceso a la nueva cobertura de Medicare de Innovative.
A principios de este año, BrainQ anunció que había recibido la designación de dispositivo innovador de la FDA por su terapia de ictus en investigación
El cofundador y director ejecutivo de BrainQ, Yotam Drechsler, ha señaldo que ''ha habido grandes avances en el desarrollo de formas de aumentar la tasa de supervivencia después de un accidente cerebrovascular, pero el accidente cerebrovascular sigue siendo la principal causa de discapacidad a largo plazo, que plantea un importante desafío social. Con la nueva financiación y los sólidos socios de investigación, estamos entrando en nuestro estudio fundamental con el objetivo de aumentar significativamente la ventana de oportunidad para reducir la discapacidad después de un accidente cerebrovascular y mejorar el potencial de recuperación, algo que puede afectar la vida de muchas personas".
Y es que, el accidente cerebrovascular es una de las principales causas de discapacidad y afecta a 800.000 personas cada año solo en los Estados Unidos. En los días y semanas posteriores al accidente cerebrovascular, el cerebro intenta reparar las vías neurales dañadas y desarrollar otras nuevas para restaurar la función, pero a menudo con un éxito limitado. Esto da como resultado una discapacidad crónica para aproximadamente el 50-70% de los supervivientes.
La tecnología de investigación basada en la nube de BrainQ tiene como objetivo reducir la discapacidad y promover la recuperación neurológica de las víctimas de accidentes cerebrovasculares. Utilizando un enfoque basado en Brain Computer Interface, la terapia de campo electromagnético de baja intensidad sintonizada en frecuencia de la compañía está diseñada para operar en base a conocimientos biológicos recuperados de ondas cerebrales utilizando herramientas explicativas de aprendizaje automático.
Estos conocimientos tienen como objetivo imitar los procesos naturales de sincronización de redes neuronales y promover procesos de recuperación. El sistema está diseñado para permitir una atención escalable y descentralizada a través de un dispositivo portátil no invasivo que está conectado a la nube con herramientas de telemedicina integradas que permiten sesiones monitoreadas de forma remota a través de una aplicación.