Desde que Joe Biden comenzó su andadura como Presidente de los Estados Unidos allá por enero del 2021 ha mostrado en numerosas ocasiones su intención de regular diferentes partes de la industria farmacéutica. Como por ejemplo con la reducción del coste de la insulina, que gracias a las negociaciones de su equipo consiguieron que no sea mayor de los 35 dólares mensuales (32,44 euros), una medida muy importante al tratarse de un medicamento vital y que, anteriormente, tenía un alto coste.
Por otro lado, la Administración de Biden ha estado claramente marcada por la Ley de Reducción de la Inflación, que en términos farmacéuticos, conllevó la creación de una lista de 10 medicamentos elegidos para negociar la bajada de sus precios con las propias compañías. Englobados en el programa Medicare, dirigido a mayores de 65 años, supondrán un ahorro de 98.500 millones de dólares (91.266 millones de euros) en una década, según estima la Oficina de Presupuestos del Congreso.
Después de anunciar esta controvertida medida, el presidente destacó que durante mucho tiempo, los americanos han “pagado más” por sus medicamentos con receta que en cualquier otra gran economía del mundo. Un precio tan elevado que, según indicó, provoca que millones de americanos se vean “obligados” a elegir entre pagar la medicación que necesitan para vivir o el alquiler.
El gobierno se reserva el derecho de intervenir y conceder la licencia a otro fabricante, con la meta de que lo pueda vender por menos dinero
En esta misma línea, la última propuesta del Presidente de EE.UU se centra sobre las patentes y licencias de los medicamentos y la intención de utilizar todos los recursos disponibles para garantizar el acceso a medicamentos esenciales a un precio moderado. Un objetivo que Biden resumió en su cuenta de X, anteriormente conocida como Twitter, que si un medicamento fabricado con fondos de los contribuyentes “no está razonablemente al alcance de los estadounidenses”, el gobierno se reserva el derecho de intervenir y conceder la licencia a otro fabricante, con la meta de que lo pueda vender por menos dinero.
La principal diferencia entre patente y licencia es que la primera es un derecho exclusivo de propiedad intelectual, mientras que la licencia es un acuerdo contractual que permite a otra persona utilizar la propiedad intelectual.
Esta medida, según han señalado desde la propia Casa Blanca, busca poner fin a "precios abusivos” por parte de las grandes farmacéuticas, siempre buscando fomentar la competencia y beneficiar a los estadounidenses. Además, también incluye la posibilidad de confiscar patentes de fármacos que hayan recibido apoyo público en su desarrollo, sumándose así a los esfuerzos del gobierno para revisar la aplicación de la Ley Bayh Dole, que permite a las organizaciones poseer, patentar y vender productos desarrollados con financiación federal.
RESPUESTA DE LAS FARMACÉUTICAS
Por parte de la industria farmacéutica, la asociación de Investigadores y Productores Farmacéuticos de América (PhRMA, por sus siglas en inglés) ha respondido al anuncio de la Administración de Biden que se trata de “otra pérdida más” para los pacientes estadounidenses que dependen de la colaboración del sector público y privado para avanzar en nuevos tratamientos y curas.
La asociación de Investigadores y Productores Farmacéuticos de América ha respondido al anuncio de la Administración de Biden que se trata de “otra pérdida más” para los pacientes estadounidenses
Una medida que, unida a las anteriores decisiones del gobierno norteamericano ha sido calificado por la asociación como “la vuelta de una época en la que la investigación gubernamental permanece en un estante, sin beneficiar a nadie”. A lo que la propia cuenta de la Casa Blanca en X ha respondido: “Oh no, hemos vuelto a molestar a las grandes farmacéuticas”.
A pesar de esta nueva visión del gobierno, hace tan solo unos meses, en marzo de este 2023, la administración se negó a romper la patente del medicamento contra el cáncer de próstata Xtandi, siendo además uno de los medicamentos excluidos de la lista de Biden.