Becton Dickinson ha llegado a un acuerdo para resolver casi 38.000 demandas en Estados Unidos relacionadas con lesiones causadas por sus mallas quirúrgicas para la reparación de hernias, según informa Reuters. Esto ha puesto el punto y final a un litigio que se ha extendido por casi dos décadas. El acuerdo, anunciado por la compañía, fue supervisado de manera conjunta por tribunales estatales y federales, lo que lo convierte en un caso inusual de cooperación judicial en este tipo de litigios masivos.
Aunque los términos financieros del acuerdo no fueron revelados, la empresa indicó que la cantidad acordada representa la mayor parte de los 1.700 millones de dólares (1.547 millones de euros) que ya había reservado para resolver este tipo de litigios, según su último informe trimestral. Los pagos a los demandantes se realizarán a lo largo de varios años, con el primer desembolso previsto antes de finalizar este año.
Becton Dickinson aclaró que este acuerdo no implica una admisión de culpabilidad
A pesar de haber llegado a un acuerdo, Becton Dickinson aclaró que esto no implica una admisión de culpabilidad y que seguirá defendiendo cualquier demanda de aquellos que opten por no participar en el acuerdo.
De los casos resueltos, casi 25.000 están centralizados en un tribunal federal en Columbus, Ohio, mientras que el resto se encuentran en un tribunal estatal en Providence, Rhode Island. Aunque los demandantes tienen la opción de no participar en el acuerdo, los abogados esperan una alta tasa de aceptación. En este sentido, los abogados principales de los demandantes en los tribunales federales y estatales, expresaron su satisfacción con el acuerdo, destacando la coordinación única entre ambos sistemas judiciales para gestionar las reclamaciones.
El litigio se remonta a 2006, cuando los primeros casos fueron presentados en Rhode Island contra Davol, el fabricante original de las mallas, que fue adquirido por BD en 2017. Los demandantes afirman que las mallas de polipropileno implantadas para reparar hernias se degradaron en sus cuerpos, causando infecciones, dolor crónico y daños en los órganos.
De los cuatro casos que llegaron a juicio, tres resultaron en veredictos a favor de los demandantes, con indemnizaciones que varían desde 255.000 hasta 4,8 millones de dólares (232.197 hasta 4,3 millones de euros). El juicio restante fue ganado por la empresa en un tribunal federal.