La farmacéutica Bayer enfrenta una creciente presión por parte de sus inversores tras una semana marcada por la caída de sus acciones a mínimos de 20 años y una advertencia sobre la débil demanda de los agricultores, que afectará las ganancias en 2024 según informa Reuters. La noticia provocó un desplome del 14,5% en el valor de sus acciones, destacando las dificultades que la compañía enfrenta desde la controvertida adquisición de Monsanto en 2018.
En este sentido, el director ejecutivo, Bill Anderson, ha implementado medidas para intentar revertir la situación, incluyendo la reducción de puestos directivos, la agilización de procesos internos y la suspensión de los planos para dividir los negocios diversificados de la empresa.
“La paciencia de los accionistas se verá sometida a una dura prueba si no se logran avances significativos”
Sin embargo, estas acciones han sido consideradas insuficientes por algunos de los principales accionistas. Deka Investment, uno de los 20 mayores accionistas de Bayer, expresó su descontento, señalando que la reestructuración aún no ha mostrado resultados tangibles en términos de ingresos o reducción de costes. “La paciencia de los accionistas se verá sometida a una dura prueba si no se logran avances significativos”, afirmó Ingo Speich, responsable de sostenibilidad y gobernanza corporativa de Deka.
Además de los problemas internos, Bayer enfrenta desafíos externos relacionados con las tendencias de la industria, como la caída de los ingresos agrícolas, que también afecta a competidores como BASF y Corteva. No obstante, algunos problemas son específicos de Bayer, como el retraso en la aprobación en Estados Unidos de una nueva generación de semillas de soja, que podría impactar sus ganancias en 2025, según el informe trimestral de la empresa.
Markus Manns, gestor de cartera de Union Investment, destacó que las de reducción de costos son un paso en la dirección correcta, pero subrayó la necesidad de fortalecer la cartera de productos farmacéuticos para garantizar un crecimiento estable ya largo plazo. Manns también criticó a la gerencia por no prever un punto de inflexión para la caída de las ganancias, lo que genera incertidumbre entre los inversores.
El reciente informe de Bayer contrasta con las proyecciones de analistas, quienes habían anticipado un aumento del 3% en las ganancias ajustadas de 2025. Este contraste ha incrementado la presión sobre Anderson para acelerar los esfuerzos de recuperación y restablecer la confianza de los inversores en una empresa que ha visto una prolongada racha de bajo rendimiento.