La industria farmacéutica ha visto cómo 2022 ha sido un año de continuos cambios en el apartado económico. Estos, han estado fundamentados en sucesos muy importantes e influyentes como son los años posteriores a una pandemia del calibre de la Covid-19 y el conflicto entre Rusia y Ucrania. Todo ello ha provocado un aumento de los precios que ha afectado a todas las empresas del mundo, sobre todo por el encarecimiento de bienes tan necesarios como la energía o el combustible.
En el caso de las farmacéuticas, han visto cómo aumentaban los costes de producción ante el precio de la energía y del mismo modo con el proceso de distribución y la gasolina. Desencadenando en la mayoría de los casos una caída de las ventas que se acaba traduciendo en oleadas de despidos.
Como caso más llamativo de este 2022 se encuentra la empresa multinacional que se dedica a la industria farmacéutica y biotecnológica, Novartis. La compañía suiza anunció a principios de año una reestructuración para fusionar sus departamentos comerciales de oncología y productos farmacéuticos en una única unidad de medicamentos innovadores, una medida que se llevaría por delante a miles de puestos de trabajo con el objetivo principal de ahorrar al menos 1.500 millones de dólares (1.492.916.601 euros) que podría suponer unos 8.000 despidos hasta 2024.
Las presiones macroeconómicas enfrentan a todas las industrias y empresas
Durante estos meses hasta el final del 2022, Novartis ha cosechado muy malos resultados tanto en el segundo como en el tercer trimestre con caídas de hasta el 41% en el beneficio neto. En esta misma línea, se han ido sucediendo los reportes de despidos, como los 1.400 puestos de trabajo en Suiza, que no entrarán en vigencia hasta el verano de 2023; el caso de los 400 despidos en su centro de servicio global en Elm Park, Dublín, para finales de 2024; 246 en Carolina del Norte; los 275 pertenecientes a una planta en Libertyville, Illinois; y por último, 285 personas en diferentes partes de Nueva Jersey. En este momento, la cifra confirmada de despidos de la compañía suiza ya asciende los 2.500 puestos de trabajo.
Como medidas adicionales, anunciaron que esperan ejecutar el próximo año la separación del 100% de su división de genéricos y biosimilares, Sandoz, que supone un 18% del total de ventas de Novartis. Además de expediente de regulación de empleo (ERE) de entre 220 y 240 personas en España.
En esta misma línea de reestructuración, el director financiero de Johnson & Johnson, Joe Wolk, advirtió a los inversores que la compañía quería dimensionar correctamente su infraestructura como un negocio de dos segmentos, todo ello, durante la separación de su división de salud del consumidor. “Si bien la atención médica es un negocio muy, muy bueno y más resistente que la mayoría, no somos inmunes a algunas de esas dinámicas. Las presiones macroeconómicas enfrentan a todas las industrias y empresas”, apuntó.
Como inicio de esta nueva etapa, despidieron a 64 empleados en base a la Ley de Notificación de Reentrenamiento y Ajuste de Trabajadores (WARN, por sus siglas en inglés) del estado de Nueva York, etiquetado como "despido de planta". Aunque todavía no se han conocido más.
Reducir los costes de su cartera, además de optimizar ciertas funciones comerciales
La última empresa destacada que se ha unido a la tendencia de despidos en este 2022 es el proveedor estadounidense de dispositivos médicos especializados, Teleflex. Esta comenzó el 15 de noviembre con su reestructuración para compensar el aumento de los costes y las presiones inflacionarias que está viviendo la industria de la salud.
Aunque ha diferencia de las otras dos empresas mencionadas todavía no han comunicado el número de despidos pero han recalcado su intención de reducir los costes de su cartera, además de optimizar ciertas funciones comerciales no reveladas en toda la empresa.