Allakos ha anunciado que renuncia a su activo principal lirentelimab después de que haber registrado múltiples retrasos. Además, como respuesta a este revés, la biotecnológica ha despedido a la mitad de sus empleados, una decisión muy influencia por el mal momento que atraviesan desde inicios de 2022.
En los últimos ensayos de lirentelimab de fase 2 sobre dermatitis atópica y un estudio de fase 2b sobre urticaria crónica espontánea (UCE) la compañía californiana cosechó datos negativos.
En el primer caso, solo un 23% de los pacientes con dermatitis atópica que recibieron lirentelimab tuvieron una mejora del 75% o más en el área y la gravedad del eccema, en comparación con el 18% de sus homólogos que recibieron placebo.
Allakos tomó la decisión de abandonar lirentelimab tras observar los datos de un ensayo de fase 2 sobre dermatitis atópica y un estudio de fase 2b sobre urticaria crónica espontánea
En la misma línea, el tratamiento no tuvo el efecto esperado en la reducción de la actividad semanal de urticaria, alcanzando únicamente el 27%, cifras que les han llevado a caer un 56% el valor de sus acciones en bolsa.
Ante este panorama, Allakos ha anunciado que los 171 millones de dólares (157 millones de euros) restantes del proyecto los destinarán a AK006, dirigido a Siglec-6, un receptor que se encuentra en los mastocitos. Aunque este candidato es bastante similar al fallido y tiene indicaciones muy parecidas, la compañía apunta a que tiene evidencia preliminar que desencadena una inhibición más amplia y profunda.
A pesar de los malos resultados financieros, la reducción de plantilla, el abandono de uno de sus principales activos, y, en definitiva, los continuos varapalos, el director de la compañía, Robert Alexander, todavía permanece en el puesto más alto. Una decisión que sorprende si se compara con otras empresas similares del sector biotecnológico, como Aclaris y TransCode Therapeutics, que decidieron prescindir de los servicios de sus directores.