Al comienzo de la pandemia, la industria de las ciencias biológicas estableció como su máxima prioridad abordar esta situación crítica de salud global. A través de recursos, experiencia y conocimientos se desarrollaron posibles tratamientos, diagnósticos y vacunas. Todo ello bajo el compromiso de colaborar entre organizaciones en un tiempo récord. Sin embargo, la pandemia también puso de relieve los obstáculos y la complejidad de estas colaboraciones, incluidas las relacionadas con las transferencias de tecnología y los modelos de concesión de licencias.
Debido a esto, la 77ª Asamblea Mundial de la Salud (AMS) ha establecido una fecha límite para la conclusión de un acuerdo sobre pandemia y un Reglamento Sanitario Internacional enmendado (2005). Con estas medidas buscan preparar a la sociedad de la manera más efectiva para la posibilidad futuras pandemias, en un esfuerzo por evitar el caos y la devastación provocados por la pandemia de Covid-19.
Después de la etapa pandémica, la experiencia y el uso de flexibilidades regulatorias ofrecen información valiosa sobre cómo se pueden adaptar los sistemas regulatorios para apoyar aún más la innovación y el acceso oportuno de los pacientes a las vacunas en todo momento, no solo durante las emergencias.
Este compromiso refleja una nueva era de colaboración entre el sector privado y las autoridades de salud pública
Uno de los aspectos más destacados de esta reunión es el compromiso mostrado por la industria biofarmacéutica en la búsqueda de un acceso equitativo a contramedidas médicas esenciales durante futuras pandemias. Este compromiso refleja una nueva era de colaboración entre el sector privado y las autoridades de salud pública, con el objetivo de priorizar las necesidades de la población global. En palabras de los líderes empresariales presentes en la AMS, este compromiso representa un importante paso adelante en la promoción de la equidad y la inclusión en la distribución de recursos vitales. Se reconoce que lograr un acceso equitativo a las contramedidas médicas no solo es una cuestión ética, sino también una "necesidad imperativa para salvaguardar la salud pública a nivel global".
Sin embargo, se destaca la importancia de encontrar soluciones integrales que no comprometan el ecosistema de innovación y los incentivos a la investigación que han sido fundamentales en la lucha contra la Covid-19. Es crucial que los científicos tengan acceso rápido y sin condiciones a los patógenos y datos relevantes para desarrollar contramedidas seguras y eficaces.
En este sentido, se han propuesto una serie de compromisos de acceso equitativo previos a la pandemia que deben ser adoptados por las empresas biofarmacéuticas. En primer lugar afirman la necesidad de invertir en I+D aplicados sobre vacunas o terapias contra patógenos con potencial pandémico. Para ello, es necesario trabajar en el uso de tecnologías novedosas como la IA, la supercomputación y la robótica.
Es esencial establecer y expandir diversas redes de ensayos clínicos completos y geográficamente variados, incluyendo la ampliación de centros de investigación clínica en regiones desatendidas. Mediante la asociación entre el sector público y privado, se crea la habilidad de producir y distribuir terapias o vacunas relevantes, incluso a través de acuerdos de suministro o transferencias voluntarias de tecnología, para respaldar una capacidad global mejorada de producción y finalización de productos.
Es esencial establecer y expandir diversas redes de ensayos clínicos completos y geográficamente variados
Se específica también que es necesario brindar apoyo financiero y técnico a los países de bajos y medianos ingresos para el desarrollo de habilidades de preparación y respuesta a pandemias, incluyendo la vigilancia de enfermedades a nivel genómico, ambiental o de laboratorio. Esto implica establecer o mejorar la capacidad de realizar ensayos clínicos, fortalecer y retener al personal de salud, reforzar los sistemas regulatorios, o implementar capacidades de laboratorio adicionales que puedan ser relevantes.
Tras establecer la pandemia se ha acordado que un gran porcentaje del volumen de producción en tiempo real se dirigirá a vacunas o tratamientos relevantes. Este enfoque asegura que los recursos críticos se asignen equitativamente según los riesgos, las necesidades y la demanda de salud pública. Realizando una ampliación rápida de las capacidades de producción y distribución es otra pieza clave de esta estrategia.
Esta expansión no solo se limita a aumentar la disponibilidad de materias primas y consumibles, sino que también se enfoca en establecer instalaciones de producción en ubicaciones geográficamente diversas para fortalecer la resiliencia global ante posibles interrupciones en la cadena de suministro. Además, se destinarán recursos significativos para identificar nuevas vacunas y terapias relevantes para la pandemia, así como para investigar la reutilización segura de tratamientos existentes.
Se promueve la colaboración entre empresas y organizaciones para acelerar el desarrollo de tratamientos efectivos
Además, se promueve la colaboración entre empresas farmacéuticas y otras organizaciones para compartir recursos y conocimientos con el objetivo de acelerar el desarrollo de tratamientos efectivos. Se prioriza la colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras organizaciones internacionales para establecer pautas de tratamiento y distribución que optimicen la entrega y administración de tratamientos médicos relevantes.
La 77ª Asamblea Mundial de la Salud marca un hito en la búsqueda de un acuerdo pandémico global que garantice un acceso equitativo a las contramedidas médicas y fortalezca la preparación y respuesta ante futuras emergencias de salud pública. Es un llamado a la acción colectiva y a la colaboración internacional para construir un mundo más seguro y resiliente frente a las amenazas pandémicas.