Las compañías farmacéuticas han empezado el año 2019 con un aumento del precio de más de 250 medicamentos con receta, incluido el medicamento más vendido en el mundo, Humira, en Estados Unidos.
Ahora, un legislador del país ha abierto una investigación sobre las prácticas de fijación de precios de la industria farmacéutica. Elijah Cummings, quien preside el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, ha enviado cartas a doce farmacéuticas en busca de información sobre aumentos de precios, inversión en investigación y desarrollo y estrategias corporativas para preservar la participación en el mercado y el poder de fijación de precios.
Entre las farmacéuticas que recibieron esta carta se encuentran AbbVie, Amgen, AstraZeneca, Celgene, Eli Lilly, Johnson & Johnson, Mallinckrodt, Novartis, Novo Nordisk, Pfizer, Sanofi y Teva Pharmaceutical.
El fin de esta investigación es buscar información sobre el aumento de precios, así como de la inversión en investigación y desarrollo
Según ha informado Reuters, estas cartas se centraron en los medicamentos más costosos para Medicare Parte D, un programa que ayuda a los beneficiarios del programa federal de seguro de salud para ancianos y discapacitados a pagar por medicamentos autoadministrados como los comprados en farmacias, así como en medicamentos que han tenido los mayores aumentos de precios en un periodo de cinco años.
El pasado año algunas compañías farmacéuticas congelaron temporalmente los precios de ciertos medicamentos después de ser criticadas por el presidente estadounidense Donald Trump en la red social de twitter. Sin embargo, los fabricantes de medicamentos aumentaron los precios de más de 250 medicamentos recetados a principios de este nuevo año.
TRES PROYECTOS DE LEY
Cummings, junto con el senador estadounidense Bernie Sanders, presentó la semana pasada tres proyectos de ley destinados a reducir los precios de los medicamentos.
Esa legislación vincularía los precios de los medicamentos recetados en el país estadounidense al precio medio de cinco países (Canadá, Gran Bretaña, Francia, Alemania y Japón), donde el precio de los medicamentos suelen ser mucho más bajos debido a los controles por parte de los gobierno.
También permitiría a los estadounidenses importar medicamentos de Canadá y otros países, así como permitir que el Departamento de Salud y Servicios Sociales de los Estados Unidos (HHS por sus siglas en inglés) negocie los precios en la Parte D de Medicare.