El mes de noviembre ha sido especialmente complicado para Laboratorios Rovi en el mercado bursátil, con un descenso acumulado del 17,48% en el valor de sus acciones. Este desplome ha llevado a la compañía a cerrar el mes en 64,45 euros por acción, una caída significativa desde los 77,80 euros registrados a principios del mes. Este desempeño refleja la creciente desconfianza de los inversores en un contexto de alta volatilidad y retos operativos para la empresa.
El inicio del mes ya mostraba señales de preocupación, pero la caída más drástica se produjo el 7 de noviembre, cuando las acciones de Rovi retrocedieron un 13% en una sola jornada, cerrando en 65,75 euros. Este desplome estuvo acompañado por un alto volumen de negociación, lo que evidenció una venta masiva por parte de los inversores.
Esta caída se debe a la decisión de no comercializar Risvan en Estados Unidos, un tratamiento para la esquizofrenia. Este giro se debe a la falta de un socio adecuado para garantizar la distribución del medicamento y a las incertidumbres regulatorias, lo que ha puesto en duda la rentabilidad del proyecto. Además, la caída de ingresos de su división de fabricación a terceros (CDMO), en gran parte debido a la disminución en la producción de la vacuna contra el Covid-19, ha supuesto una pérdida significativa, afectando la rentabilidad general de la empresa.
A pesar de que la compañía ha intentado compensar estos desafíos con el aumento de sus márgenes y un incremento en la venta de ciertos productos, los números siguen siendo preocupantes. En el tercer trimestre, Rovi registró una disminución del 5% en los ingresos operativos y un 4% en el beneficio neto.
Rovi registró una disminución del 5% en los ingresos operativos y un 4% en el beneficio neto
Además, el hecho de que la compañía haya abandonado la idea de vender su negocio de CDMO, que se esperaba fuera una operación clave, refleja un enfriamiento de su estrategia de crecimiento. Aunque se espera que el cuarto trimestre sea más fuerte, la compañía enfrenta un 2025 incierto con perspectivas de ingresos más bajos, lo que ha generado preocupación entre los inversores.
Tras conocerse estas noticias, la tendencia bajista continuó a lo largo del mes, con jornadas de caídas notables como el 15 de noviembre, cuando Rovi perdió un 4,68%, situándose en 62,15 euros. Este descenso reflejó la incapacidad de la compañía para generar confianza, incluso en un momento en el que otras empresas del sector farmacéutico mostraban signos de recuperación. Aunque hubo pequeños intentos de rebote, como la subida del 2% registrada el 27 de noviembre, estos no fueron suficientes para revertir la tendencia negativa.
En la última semana del mes, la volatilidad persistió. El 28 de noviembre, las acciones retrocedieron un 0,56%, cerrando en 63,85 euros, y finalmente, el 29 de noviembre, lograron una leve subida del 0,94%, terminando el mes en 64,45 euros. Sin embargo, como ya hemos matizado anteriormente, estas ligeras recuperaciones no pudieron contrarrestar el impacto acumulado de un mes de incertidumbre y presión vendedora.
Estos malos resultados auguran un futuro incierto para los accionistas de las empresa farmacéutica española. En este sentido, varios expertos han ajustado sus previsiones, señalando que la caída de ingresos proyectada para 2025 está por debajo de lo esperado por el consenso (+9%), lo que podría generar una acogida negativa entre los inversores. Estos factores combinados apuntan a un panorama financiero más difícil para la farmacéutica en el corto y mediano plazo.