El laboratorio estadounidense conocido por su papel durante la pandemia de Covid-19, Pfizer, ha anunciado sus resultados financieros pertenecientes a 2023, entre los que destaca una caída del 93,2% en el beneficio neto atribuido en comparación con el año anterior. Una tendencia negativa que se repite también en la cifra de negocio, que disminuye un 41,7%.
En cuanto a las divisiones de la empresa, el negocio de atención primaria generó 30.589 millones de dólares (28.211 millones de euros), un 58,1% menos, y el área de cuidados especializados facturó 14.970 millones de dólares (13.806 millones de euros), un 8,2% más, mientras que el área de oncología brindó 11.627 millones de dólares (10.723 millones de euros), un 4,2% menos.
Por parte de Pfizer, han explicado que esta “caída esperada” se debe, de nuevo, al desinterés del mercado en productos relacionados con la Covid-19, que comercializa este laboratorio, como son Paxlovid y la vacuna Comirnaty. Precisamente los últimos años del laboratorio se han caracterizado por ser una de las únicas compañías que han decidido no dar el salto a un nuevo mercado, y, así, captar nuevos clientes.
Entre los resultados financieros pertenecientes a 2023 destaca una caída del 93,2% en el beneficio neto atribuido en comparación con el año anterior
En términos bursátiles, el 2023 tampoco ha sido un buen año para la compañía, que con un total de 11 meses en números rojos y el paso de los 51,01 dólares a inicios de año a los 28,62 al cierre de diciembre, han registrado un desplome en Bolsa del 55,88%. Una tendencia que parece continuar en este 2024, ya que en enero han disminuido un 5,35% el valor de sus acciones.
Ante esta mala racha, Pfizer ha encadenado varias rondas de despidos en sedes a lo largo del mundo. En verano, informaron el cierre de sus instalaciones en Peapack, Nueva Jersey, para principios de 2024, lo que conllevará numerosos despidos. Misma situación que la planta de Michigan, que la cifra asciende hasta las 200 personas, al igual que los 500 puestos en la fábrica en Sandwich, en Kent, todos ellos, como consecuencia del programa de realineación de costes.
CONTÍNUOS VARAPALOS
Los malos resultados y los despidos no son los únicos varapalos para el laboratorio estadounidense durante estos últimos meses. A mediados de octubre, la compañía llegó a un acuerdo para pagar 50 millones de dólares (46 millones de euros) para resolver las reclamaciones de los mayoristas de medicamentos que pagaron en exceso por los dispositivos de tratamiento de alergias EpiPen.
Las demandas presentadas recogían que Pfizer, entre otras, habían mantenido una conducta anticompetitiva que les permitió mantener el monopolio sobre el mercado de estos dispositivos, poniendo un precio de 600 dólares (552 euros). Dañando así, la imagen de la empresa y las conductas que llevan a cabo.
Los malos resultados y los despidos no son los únicos varapalos para el laboratorio estadounidense durante estos últimos meses
Por otro lado, a finales de noviembre, fueron acusados junto al proveedor Tris Pharma, de proporcionar medicamentos para el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), sabiendo que podrían ser ineficaces. En concreto, la demanda alega que ambas compañías manipularon las pruebas de control de calidad del medicamento Quillivant XR, con el objetivo de obtener resultados satisfactorios de las pruebas que debían realizar sgún la ley federal entre el 2012 y 2018.
El papel de Pfizer, como en otras ocasiones, pasó por comunicar que habían examinado las acusaciones de la denuncia en múltiples ocasiones, sin encontrar ningún impacto en la seguridad del producto. Además, en torno al 2017, la Agencia del Medicamento de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) advirtió sobre los peligros que conllevaba Quillivant XR.